sábado, 11 de octubre de 2014

Captahuellas son aprobadas por el pueblo

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“Me parece muy bien esta medida que se ha implementado, hay más orden y una distribución de alimentos a todas las personas equitativamente como debería ser y se evita esa corrupción de los revendedores para que no se lleven los alimentos a venderlos fuera o más costosos”, dijo Luis Simancas, vecino de los bloques de Palo Verde al realizar su compra en el Abasto Bicentenario de esa zona del municipio Sucre.
Este usuario explica que es “totalmente fácil la utilización de la captahuellas, que no atrasa la cola, por el contrario salí más rápido”. Aseguró que compra cada 15 días y que nota que ya no hay colas en la zona externa de este supermercado.
El sistema biométrico o captahuellas es usado únicamente para la compra de rubros de la cesta básica y productos regulados por el Estado y ha tenido una aceptación positiva por parte de los numerosos usuarios que acuden a este centro de expendio de alimentos.
La crónica de largas colas que realizaban los compradores para conseguir los productos de la cesta básica ya no existen en el Abasto Bicentenario de Palo Verde, debido a la determinación del Gobierno Revolucionario de proteger a la familia y que no se desvíen los alimentos para fines de contrabando o prácticas como revender y especular a la población.
Así lo comentó Carmen Solís, quien dijo: “Me pareció bien, es la primera vez que lo utilizo y me pareció excelente porque así compramos todos y esa es la idea para no andar buscando por todos lados y perdiendo tiempo valioso”.
Maira Zamora, habitante de Petare, expresa que observa que es fácil utilizar la captahuellas, mientras Teresa López, una ama de casa de esta zona petareña mantiene que “me parece fabuloso y rápido porque habrán todos los productos y para todos”. López también precisó que es una buena opción que las compras puedan ser realizadas cada cuatro días pero que “realmente compra cuando lo necesita a veces quincenalmente o cuando hay dinero”.
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A PRUEBA DE TRAMPAS
El sistema biométrico es a prueba de trampas ya que los datos que registra van a una base de información que procesa y almacena el Ministerio de Alimentación y no permite compras de productos regulados en los establecimientos del Bicentenario el mismo día.
Elida Lozano, cajera y auxiliar de operaciones del Bicentenario Palo Verde, explica que con este sistema “se evita que pase mucha gente varias veces y ahora se implementó que sean cada cuatro días las compras”.
Indica que las captahuellas se utilizan en los productos regulados como harina, leche, arroz, aceite, pasta, mantequilla, entre otros productos de la cesta básica y que los más buscados son precisamente “el aceite, leche y harina porque los revenden en las calles”.
“Hay un monitoreo de todas las huellas que pasan y esa información la maneja el Ministerio de Alimentación”, dijo y aclaró que de esta manera se evita la doble compra en los diversos Abastos Bicentenario de la región Capital.
“Ya no hay esa posibilidad de que pueda comprar harina de maíz en el Bicentenario de Palo Verde y luego pueda comprar en el Bicentenario de Terrazas del Ávila o Plaza Venezuela”, comentó.
Igualmente aclaró que se ha implementado que las compras sean por un número determinado y así lograr una distribución justa y proporcional de los alimentos para toda la población.
“Se pueden comprar 4 harinas, 2 litros de aceite, 4 kilos de arroz, 4 kilos de pasta, 2 kilos de leche y así todo alcanza para todos”, señaló.
También, como una medida regulatoria, se ha implementado que se compren los productos de una sola marca, es decir, solo se puede comprar harina comercial o solo se podrá comprar harina marca Venezuela que pertenece a los productos del sistema productivo bolivariano.
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RÁPIDO Y FÁCIL
Sobre el procedimiento de los compradores para registrarlos en el sistema biométrico describe que al llegar a la caja respectiva, se les solicita la cédula de identidad y se les indica que coloquen su dedo índice en el aparato simplemente y luego se continúa el proceso normal de pago pasando los productos y cancelando en efectivo u otras formas de pago.
“El usuario llega a la caja, se introduce un código, se le pide colocar el dedo en la captahuellas y listo. No hay atraso en las colas, existe la misma fluidez”, indicó.
Asegura que la idea es que el cliente se “vaya satisfecho y que no se atrase por cola ni nada. Allí, luego de la captahuellas, se pasan los productos. No hay complicación alguna”.
Ciudad Caracas

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