La culminación de la retirada de los soldados y tanques israelíes de la franja de Gaza, el martes por la mañana, permitió a los palestinos de Rafah visitar por primera vez en 10 días las granjas y el polígono industrial al este de la ciudad. Nehya Nayar tiene allí una fábrica de muebles con 50 empleados. Iba visitando los pabellones y valorando el destrozo de las granadas y la metralla. Nayar es un hombre práctico y sólo pareció enfadarse cuando descubrió el moderno generador eléctrico agujereado por armas automáticas. Un trabajador aseguró: “Esto fue a propósito y con mala idea”. Tras casi un mes de operación militar israelí en Gaza, palestinos e israelíes se han dado tres días de tregua para negociar un alto el fuego duradero para la franja de Gaza. El primero transcurrió tranquilo.
Con flema, Nayar tasó en “unos 320.00 euros” el daño en la planta. Su sentido práctico volvió a revelarse cuando le preguntaron por las condiciones que los palestinos deberían exigir para aceptar un alto el fuego permanente cuando acabe la tregua de 72 horas: “Es fácil”. Aplaude que haya parado el fuego de cohetes palestinos. Pero los israelíes, dijo, “deberían renunciar de una vez por todas a dañar el tejido industrial y social” de la Franja. El bloqueo por parte de Israel y Egipto “tiene que terminar de inmediato”. Los palestinos necesitan, dijo, “un puerto y un aeropuerto” para que sus civiles puedan dejar la Franja. Israel “debe permitir el comercio y respetar el derecho al trabajo”. Explicaba el empresario que él tiene “amigos, socios y clientes al otro lado de la frontera”. La operación militar, cree, “ha servido para matar civiles y sembrar destrucción”. Israel “debe revisar sus objetivos”. Si no se levanta el bloqueo, Nayar augura “tiempos muy duros” para los gazatíes tras cuatro semanas de destrucción. Cree que la paz es improbable en estas condiciones.
Desde el 8 de julio han muerto 150 soldados sionistas (algo que Israel niega y fija en 64 militares y 3 civiles israelíes). En Gaza han sido asesinados más de 1.830 palestinos. Tres cuartas partes de ellos eran civiles. El primer día de tregua negociadora se vio precedido de una salva de cohetes palestinos con dirección a Israel y de algunos bombardeos israelíes minutos antes de su inicio, a las ocho de la mañana.
Israel anunció que envía a un grupo de negociadores a Egipto. Las organizaciones palestinas de Gaza, encabezadas por el grupo islamista Hamás , llevaron a El Cairo una comisión negociadora conjunta con el partido laico Al Fatah, que gobierna en la Cisjordania ocupada por Israel. El lunes presentaron ante los mediadores las condiciones consensuadas entre ellos para aceptar un alto el fuego permanente. La primera, la retirada completa del Ejército israelí, se completó el martes según fuentes israelíes. Exigen el levantamiento del bloqueo impuesto a la Franja por los dos países vecinos. También piden que se impulse la reconstrucción de los masivos daños de cuatro semanas de bombardeos, así como la aplicación del acuerdo de alto el fuego tras la operación militar israelí de 2012. Incluía que se permita faenar más lejos de la costa a los pescadores palestinos y que los agricultores pudieran labrar sus tierras más próximas a la frontera militarizada por Israel. Además, Al Fatah exige que Israel cumpla su compromiso de liberar a los palestinos encarcelados antes de 1993.
El dirigente de Al Fatah en Gaza Ebrahim Abu al Naga explicaba el martes que “no hubo dificultad en formular las condiciones de consenso” entre los grupos palestinos. Hasta el pasado abril, Al Fatah y Hamás mantuvieron posiciones irreconciliables desde la corta guerra civil que los enfrentó en 2007. Al Fatah “tiene prioridades” entre las condiciones, pero prefiere no detallarlas porque “todas son importantes”. Israel, cree, va a las negociaciones egipcias “presionado por Naciones Unidas, Estados Unidos y Egipto” para que concluya la operación militar.
El portavoz de Hamás Ihab al Ghusain también dice que “no hubo el menor problema para redactar las condiciones conjuntas”. En su perfecto inglés, el vocero del grupo que controla Gaza matizaba el martes que “no son condiciones, en realidad son derechos básicos [de los palestinos]”. Cree que el consenso entre todas las facciones “fortalece la posición negociadora ante Israel” y sitúa a los palestinos en una posición “más creíble que nunca”.
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