Caracas, 30 Oct. AVN.- Lo acaba de recordar el Global Research, de Canadá, el pasado 13 de mayo, aunque hace mucho que no es secreto para nadie: la "influencia política" de Estados Unidos encuentra su mejor sustento en el millar de bases militares norteamericanas desplegadas en los cinco continentes, desde las cuales Washington impone abiertamente sus políticas a sus aliados de otros países. Muchas veces, incluso, contra los intereses de estos últimos.
Pero lo que para muchos es una amenaza al futuro de la humanidad, para otros constituye una oportunidad de negocios. Es el caso de Srdja Popovic, el otrora rebelde estudiante serbio, quien ha convertido su rebeldía en lucrativo comercio. Otpor, la organización-fachada de la campaña contra Serbia, es hoy el Centro para la Acción No Violenta y Estrategias Aplicadas (Canvas, por sus siglas en inglés). Con centros de adiestramiento diseminados por Europa e instructores prestos a acudir a otras partes del mundo, en sus "aulas" se forman continuamente jóvenes derechistas en las artes, tácticas, códigos y métodos de la ya conocida "no violencia".
En otras palabras, la empresa ha cambiado de nombre, pero sus socios financistas siguen siendo los mismos, e idéntica es también su misión: apuntalar las políticas expansionistas estadounidenses en todo tipo de país (socialista, revolucionario o simplemente soberano) que ose entorpecerlas, y propagandizar la desestabilización de gobiernos legítimos bajo la mascarada de lucha por los derechos humanos y la democracia.
Fundada en 2003 y dirigida personalmente por Popovic, Canvas ha recibido y entrenado en las teorías conspirativas de Gene Sharp a discípulos de 46 países. A manera de publicidad, se jacta de haber apoyado directamente a "varios movimientos de resistencia en todo el mundo", en países como Georgia, Kirguistán, Ucrania, Líbano, Irán y, recientemente, Túnez y Egipto.
Popovic es asimismo director ejecutivo de Ecotopia, una ONG que dice centrarse en "cuestiones ambientales", y que recibe constante respaldo financiero del sector privado y de diversas instituciones gubernamentales serbias.
Su amplitud de intereses no se cierra con el "ambientalismo". En 2007 formó parte del gobierno serbio, en calidad de asesor del viceprimer ministro Bozidar Djelic. En octubre de 2011, la Universidad de Columbia (Nueva York) le otorgó una beca para el Harriman Institute, donde se ofrecen postgrados en políticas públicas para asuntos internacionales.
Al igual que el sirio Ausama Monajed en Londres, Popovic dedica gran parte de su tiempo a los problemas de la comunicación de masas.
Miembro de la junta directiva de International Communications Partners, firma dedicada a la consultoría de comunicaciones y relaciones públicas, es hoy uno de los grandes "consentidos" de los medios de comunicación globales cuando se trata de hablar sobre "las revoluciones de colores" y la "lucha no violenta", temas frente a los cuales funge de "fuente fidedigna" y "voz autorizada".
Tal como sucede con Gene Sharp, el apoyo de los grandes medios fluye hacia Popovic en forma de reconocimientos y premios. En noviembre de 2011, la revista Foreign Policy lo incluyó en su lista de los Top 100 Global Thinkers ("Los 100 principales pensadores globales"), por su colaboración "directa e indirecta" en la Primavera Árabe y por los "positivos resultados" del "cambio" de sistemas de gobierno en Medio Oriente.
Al año siguiente, febrero de 2012, la revista Wired, del Reino Unido, lo destacó en su Smart List 2012 y lo calificó como "una de las 50 personas más influyente para cambiar el mundo".
Dime lo que haces y te diré quién eres
¿Un chico listo? Sí, sin duda: sabe estar en el lugar adecuado en el momento justo.
Cuando el ex coronel estadounidense Robert Helvey (especialista en acciones secretas y decano de la Escuela de Formación de Agregados Militares de las Embajadas Estadounidenses) llegó a fines de los años noventa a Serbia, clandestinamente, con la misión de propagar las tácticas de su amigo Gene Sharp, lo primero que hizo fue buscar un socio principal para el derrocamiento de Slobodan Milosevic.
Lo narra el mismo Helvey en el documental How To Start a Revolution (Cómo empezar una revolución), al recordar su primer encuentro con un grupo de jóvenes de extrema derecha: "Hablamos durante un rato y dije: 'aquí falta algo, ¿quién es el líder?' Y el grupo contestó: 'No tenemos líder'. Y yo les dije: 'un momento, chicos, alguien tiene que estar dirigiendo a toda una sociedad, la serbia".
Momentos después, tras ganarse la confianza del grupo, Sdrja Popivic se le acercó y dijo ser el líder de los extremistas. "Me explicaron que se ocultaban, que no querían ser reconocidos, para ocultarse ante el gobierno", rememora el ex coronel estadounidense.
Así se convirtió Popovic, nacido en 1973 en Belgrado, en el "estudiante" que "lideraría" la conspiración contra Milosevic bajo la dirección del Instituto Albert Einstein (AEI por sus siglas en inglés). Helvey se encargó de entrenarlo bajo las directrices enviadas por Sharp desde Boston; mientras que con el aporte financiero del Fondo Nacional para la Democracia (NED por sus siglas en inglés), la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid por sus siglas en inglés), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se dio inicio a la formación de fanáticos de ultraderecha para luego tomar las calles y esparcir propaganda contra Milosevic.
Seguidamente, Popovic, el elegido, crea Otpor. Su misión fue transformar al grupo de ultraderecha, con pleno apoyo mediático, en "movimiento estudiantil", a fin de presentarlo como eje de la agitación y el descontento contra Milosevic. Helvey le recomendó al grupo crear una imagen que los identificara: "el puño cerrado de la mano derecha". Y con ese puño se inician una serie de ataques contra los organismos del Estado. Desconocen las instituciones públicas y toman las calles. La "no violencia" de Sharp cobra vida en la anarquía.
Otpor se convierte, efectivamente, en el eje central de la misión estadounidense en Serbia. Su cabeza está en Boston, pero al puño que ejecuta la desestabilización le llega el largo brazo del financiamiento norteamericano. Desde el Departamento de Estado y a través de la USAID, la NED y el IRI, fluyen no menos de cinco millones de dólares, como lo confirmaron sus propios voceros al diario The New York Times.
Por si esa confirmación no bastara, es el propio Departamento de Estado el que dará a conocer después, tras la euforia del triunfo, documentos que obligan a sumar, en el financiamiento de la conspiración orquestada por el AEI, a otros organismos estadounidenses consagrados a la "exportación de la democracia", como el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI, por sus siglas en inglés), Freedom House (FH) y Open Society Institute (OSI).
Tras el derrocamiento de Milosevic, Srdja Popovic, abogado de profesión, aprovechó su impulso mediático y logró incorporarse a la Asamblea Nacional de Serbia en el periodo 2000-2003. Antes de culminar esas funciones se vio envuelto en un escándalo político, al descubrirse que había usado ilegítimamente el derecho a voto de otro parlamentario, Neda Arneric, para elegir al nuevo presidente del Banco Nacional de Serbia. Arneric se encontraba en Bodrum, Turquía.
Simultáneamente, otros miembros de Otpor estuvieron involucrados en actos de corrupción y malversación de fondos de un partido político que nació en torno a este "movimiento estudiantil".
Un pupilo aventajado
"Aprendimos de Bob Helvey y Sharp", confiesa Srdja Popovic en el documental Cómo empezar una revolución, en referencia a las teorías conspirativas que antaño ejecutó Otpor y hoy difunde o comercializa Canvas. Y recuerda que fue Helvey quien les sugirió empezar los "ataques no violentos" contra cuerpos de policía, militares, trabajadores y todos aquellos pilares que daban estabilidad al gobierno.
Bajo esa fachada de "acciones pacíficas" se justifican desde cierre de calles hasta golpes de Estado, pasando por planes de magnicidio, no sólo en Europa del este y el mundo árabe sino también en países como Venezuela, donde, por ejemplo, el empresario y promotor de las teorías de la "no violencia" Robert Alonso conspiró en 2004 para que paramilitares asesinaran al presidente Hugo Chávez.
El 2 marzo 2011, el periodista Tomas Lundin entrevistó a Popovic para el Svenska Dagbladet (El Diario de Suecia). Se trata de una franca conversación sobre la participación directa de Canvas en los conflictos de Medio Oriente, y su título no podría ser más significativo: "Egipto: la revolución que vino de Serbia".
Lundin pone de manifiesto que fue "bajo las directrices de Otpor" que se fundó en Egipto el Movimiento 6 de Abril, que a través de la red social Facebook logró presentarse, si bien sólo mediáticamente y en el plano internacional, como epicentro del derrocamiento de Hosni Mubarak, tal como en su tiempo lo hicieran los "estudiantes" serbios.
"Algunos lo han apodado Revolución S.A.", le dice Lundin a Popovic al preguntarle sobre la formación directa de activistas para generar desestabilización en países árabes. "Sí, es cierto. Hemos formado a jóvenes del Movimiento 6 de Abril en Egipto", confiesa el entrevistado.
No obstante, el aventajado pupilo de Gene Sharp está hecho a imagen y semejanza de su creador, y llega incluso a molestarse cuando se le pregunta por su influencia directa en las conspiraciones contra gobiernos establecidos. Sea de Sharp o de Pilatos la enseñanza, opta invariablemente por lavarse las manos.
Lundin escribe en su trabajo: "Pero Srdja Popovic no hace alardes y se muestra hasta casi molesto cuando se le pregunta si Otpor es un exportador de revoluciones". Dice Popovic: "No nos plantamos con la revolución en la maleta. Es su revolución, y los consultores extranjeros no tienen nada que ver. Han arriesgado sus vidas por la libertad y la victoria es 100% suya y punto".
Al igual que el AEI, renuncia a esas glorias públicas y las cede a los "jóvenes, preferiblemente estudiantes" que recluta para conformar grupos extremistas. De la entrevista de Tomas Lundin queda claro que Canvas busca que los integrantes de los "movimientos revolucionarios" aporten "una imagen fresca y moderna, que atraiga incluso a jóvenes no politizados, que con acciones llenas de fantasía comiencen a llamar cada vez más la atención de los medios de comunicación, hasta que se convierten en identidad, para luego desafiar y burlarse del régimen".
"Así son los métodos y el mensaje que enseñamos ahora a los activistas de otros países (...) En nuestros cursos, les pedimos que identifiquen los pilares del régimen", admite Popovic, quien a esto llama disuadir y convencer antes de atacar.
Lundin hace mención también al papel cumplido en las rebeliones de la plaza Tahrir, en El Cairo, por Mohammed Adel, un bloguero de 22 años, miembro del Movimiento 6 de Abril, que fue entrenado por Canvas. Y cita declaraciones de Adel a la empresa internacional de comunicación Al Jazeera.
"Estuve en Serbia y recibí formación sobre organización de manifestaciones pacíficas", confirmó Adel en esa entrevista, y agrega que al volver a Egipto, a finales de 2009, llevó "en su maleta una guía de las actividades subversivas", que transmitió a los demás miembros del Movimiento 6 de Abril y al movimiento de oposición Kifaya. Un año más tarde caía el desacreditado gobierno de Mubarak, un viejo socio del que los Estados Unidos decidieron prescindir, y se cosechaban con eso los resultados de las teorías del AEI impartidas por Canvas.
Muy parecidas a las palabras de Adel, fueron las breves declaraciones que diera el año pasado en Caracas, mientras se quemaban cauchos para cerrar el paso en una arteria vial, una joven de 22 años que se autodefinió como "ucabista y javusiana con orgullo"; es decir, como estudiante de la Universidad Andrés Bello (UCAB) y orgullosa miembro de la directiva del grupo de ultraderecha Juventud Activa Venezuela Unida (JAVU), organización creada bajo los criterios de Otpor por Julio César Rivas.
Pero esa ya es otra historia. La historia de Canvas en Venezuela.