viernes, 15 de julio de 2016

Kimberly-Clark en tres datos duros

Kimberly-Clark es una de las empresas estadounidenses pioneras en el negocio del papel y de los productos de higiene personal. En 1872 John Kimberly, Havilah Babcock, Charles Clark y Frank Shattuck creaban una empresa dedicada a la fabricación de papel en Wisconsin.
Pero no fue sino hasta finales de la Primera Guerra Mundial que esta empresa se internacionalizó definitivamente. El vendaje que era comercializado por Kimberly-Clark al ejército gringo para las heridas de los soldados, años después fue utilizado como idea base para confeccionar lo que hoy las mujeres conocen como toallas sanitarias.
Hoy Kimberly-Clark está presente en 150 países, representa el principal competidor de Procter & Gamble en el mercado de la higiene personal, cotiza en la bolsa de Wall Street y acumula ganancias que fluctúan entre los 19 mil millones de dólares. Las principales marcas y productos que comercializa son: toallitas Kleenex, pañales Huggies, papel higiénico y toallines Scott, toallas sanitarias Kotex, entre otros.
Kimberly-Clark es una gigantesca compañía global. Y llegar hasta ahí no tiene como parachoque la responsabilidad y la honestidad. Kimberly-Clark es fundamentalista en términos capitalistas: acumular la mayor cantidad de capital violando hasta las propias leyes (competitividad, oferta y demanda, etc.) que decimos defender.
DATO DURO NÚMERO UNO
A finales del año pasado, el Instituto Nacional de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) de Perú inició un proceso administrativo contra Kimberly-Clark y otra empresa de nombre Protisa por manipular los precios de productos de primera necesidad de su portafolio, desde el año 2003 hasta 2014. En castellano: Kimberly-Clark y Protisa acordaron subir los precios de forma ordenada y planificada para que el peruano no tuviera otra opción que comprar los productos de su portafolio a ese precio. Nada es más ilusorio para Kimberly-Clark que aquellas expresiones sobre la “mano invisible del mercado”, la competencia y la oferta y la demanda. “Yo soy el mercado”.
Según Jesús Espinoza, secretario técnico de la Indecopi, estas dos empresas controlan el 88% del mercado de papel higiénico en Perú. Los testimonios y correos electrónicos recabados por Espinoza dan cuenta de cómo 17 altos ejecutivos de altas empresas celebraban reuniones en hoteles para coordinar y conversar sobre dichas acciones.
DATO DURO NÚMERO DOS
En Colombia, Kimberly-Clark es objeto de investigación en tres procesos administrativos dirigidos por la Superintendencia de Industria y Comercio, por incurrir en las mismas prácticas de competencia desleal y cartelización de precios que en Perú.
Desde el año 2000 hasta 2013, Kimberly-Clark se puso de acuerdo con empresas como Familia, Cartones y Papeles Risaralda y Papeles Nacionales para aumentar orquestadamente el precio de servilletas, paños de mano, papel de cocina y papel higiénico, obligando así al colombiano a no tener otra alternativa que pagar los altos precios planificados con anterioridad. En un informe de 277 páginas resalta el papel de ejecutivos locales y de la región andina de Kimberly-Clark, quienes a través de correos electrónicos establecían cuál era el precio a aumentar y con qué velocidad lo harían.
En otro informe de la Superintendencia de Industria y Comercio, Kimberly-Clark también aparece, pero ahora en complicidad con empresas como Carvajal y Scribe para subir artificialmente el precio de los cuadernos escolares, dada su también participación oligopólica en el mercado, distribución y comercialización de productos a base de papel. A través de notificaciones realizadas por correo electrónico, Kimberly-Clark daba las señales para aumentar los precios de forma organizada y sistemática en conjunto con los otros dos actores empresariales.
Según reseña El Espectador, 3,7 millones de hogares se han visto afectados por el aumento en los precios de estos materiales para el próximo inicio de clases, donde –al igual que con el papel higiénico– no les queda otra que comprarlos a precios elevados. Kimberly-Clark también tiene un proceso administrativo abierto por concertar junto a empresas como Tecnoquímicas y Familia el aumento de los precios de los pañales en cada una de sus presentaciones y estructuras de comercialización. Estas tres empresas agrupan el 88% del mercado de pañales en Colombia.
DATO DURO NÚMERO TRES
Según reseña Víctor Hugo Majano en latabla.com, Kimberly-Clark prometió en 2013 aumentar la producción de su portafolio en un 40% y para ello exigió 37 millones de dólares. Kimberly-Clark decidió, sin previo aviso y sin notificarle a alguna autoridad, paralizar sus operaciones en Venezuela durante el fin de semana pasado, hecho que pone de manifiesto que todo aquello de aumentar la producción fue puro marketing.
El gerente más actual de Kimberly-Clark, Fernando Solano, se reunió con el dirigente de Primero Justicia Alfonso Marquina el pasado mes de abril, en la recién instalada Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, para exigir un aumento en el precio de los productos de la empresa en cuestión, facultad que no radica en el Poder Legislativo y sí en el Ejecutivo. Lo importante aquí fue el gesto, y hacerlo público. No requiere demasiada interpretación.
Contrariamente al tratamiento mediático que le han dado Bloomberg, Reuters y otros medios internacionales y locales, la empresa Kimberly-Clark tomó la decisión de irse del país de forma unilateral, nadie la sacó del país o la expropió.
Además, la mayoría de los productos que comercializa Kimberly-Clark fueron recientemente actualizados por el Gobierno para permitir una rotación más eficiente y desestimular el bachaqueo.
Así que la matriz sobre “los controles” pierde vigencia, al igual que la de la “asignación de divisas”, pues las empresas en el país deben financiar con recursos propios sus operaciones.
¿Berrinche transnacional para una nueva fase propagandística de la crisis en Venezuela? ¿Forzar elementos perceptivos y jurídicos para reforzar el cerco financiero a Venezuela? ¿Intoxicación a futuro en torno al tema de los pañales como factor de la “crisis humanitaria”?
Texto: MISIÓN VERDAD

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