Caracas, 06 Nov. AVN.- Este miércoles se cumplen 42 años de aquel día cuando Hugo Chávez ingresó a la Academia Militar, momento en el que anhelaba un uniforme de pelotero con el mismo fervor con el que atendió, tiempo después, el llamado de la patria. Era el 6 de noviembre de 1971 y aquel jovencito de Barinas vino a Caracas para cumplir el sueño de ser lanzador del legendario equipo Navegantes del Magallanes.
Chávez seguía a Chávez. Fanático del lanzador de ese equipo, Néstor Isaías Chávez Silva, conocido como el látigo Chávez, su sueño era ser como ese pitcher y en su ingenuidad de "veguero", como él mismo se definía en alusión a su origen de llanero, prefirió Caracas que a Mérida, porque los andinos jugaban más el fútbol.
En Caracas, por los pasillos y patios de la escuela militar, sintió nostalgia de no tener cerca a su familia, amigos y a su novia, recordaba el ya presidente Chávez en 2011, cuando fue entrevistado en la Academia Militar por el periodista José Vicente Rangel.
Chávez relató en dicha entrevista que al principio, en la rutina diaria como cadete, le fue difícil adaptarse siendo zurdo. Cuando comía sopa con la zurda, le decían que tenían que ser con la mano derecha y al hacerlo, por la falta de pulso y costumbre, terminaba ensuciándose la camisa.
También una vez hizo el saludo militar con la mano izquierda a una tropa que pasaba cerca, cuando la instrucción de orden cerrado establece que el movimiento es con la derecha. "Tuve que dar como 100 vueltas al patio", recordó entre risas el Comandante.
"Aquí nació Chávez. Más allá de esas anécdotas, yo puedo decir casi desde el primer día que me sentía como pez en el agua. Como que hubiese nacido para esto", indicó.
Una vez dentro de la Academia, en ese joven Chávez que vino detrás del sueño de ser pelotero inesperadamente irrumpió el fervor patriótico. "Cuando entré era un muchacho simple, buen estudiante, deportista y quería superarme, pero no te puedo decir que era un bolivariano porque ni siquiera había tenido militancia política", agregó.
En su juventud, Chávez no militaba en ningún partido, apenas sentía un leve simpatía por el Movimiento Electoral del Pueblo, cuyas referencias tuvo a través de su padre.
Era la época de la persecución de militantes y dirigentes de partidos de izquierda en el país y en la región, con el hecho concreto del golpe de derecha contra el presidente socialista de Chile, Salvador Allende, en 1973, sin embargo, "había un germen, un germen patriótico", decía Chávez cuando recordaba, a sus 58 años, la situación política y social del país al momento de hacerse cadete.
Fue en ese contexto político, cuando inmerso en sus estudios de historia de Venezuela, comenzó la llamarada patria. "Me asaltó Simón Bolívar, me llegó. Ciento cincuenta años nos cayeron encima. Fue aquí cuando me hice bolivariano", contó.
Cuando cursaba el tercer año de la Academia, exactamente el 13 de marzo de 1974, le tocó estar en la agrupación de parada que rendiría honores al recién electo presidente de la República de ese entonces, Carlos Andrés Pérez, quien iba a tomar posesión de su cargo para el período 1974-1979.
Luego del ceremonial, Chávez escribió en su diario: "Después de esperar bastante tiempo llegó el nuevo al presidente. Cuando le veo quisiera que algún día me tocara llevar la responsabilidad de toda una patria, la patria del gran Bolívar".
Con esas líneas en su diario Chávez fue otro. No salió de la Academia con un guante y una pelota. "Me fui con el libro del Ché bajo el brazo y con el espíritu y el corazón revolucionario".
Comenzaba, pues, el surgimiento de un movimiento bolivariano, el renacer de las esperanzas de un pueblo para construir una Venezuela de verdadera inclusión social.
Manuel Palma AVN
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