Los golpes de estado y los asesinatos de la CIA crean violencia Latinoamérica
La realidad en América Latina esta
signada, por los efectos geopolíticos de la presencia de EEUU en la
región, luego de 200 años de la Independencia de España, a finales del
siglo XIX, la política de los Estados Unidos, sustituyo a España e
Inglaterra, como la potencia hegemónica en varias naciones de
Latinoamérica y el Caribe, la certeza del Libertador Simón Bolívar, como
la del ideólogo de la independencia, José Martí, advertían los efectos
negativos de esta nación, al manifestar que “yo viví en el monstruo y
conocí sus entrañas”.
Luego de consolidar y derrotar al sur
rebelde, y al ejército confederado, se consolido la nación Yanqui, como
lo nombraron los estados del sur. Para de esa manera crear su nuevo plan
de conquistas, quitándole a México el 60% de su territorio, con guerras
y motivos creados por el Departamento de Estado, de la misma manera los
planteamientos expansionistas, de los presidente James Monroe en su
visión “América para los Americanos”, pensando en la dominación, de todo
el continente y Theodore Roosevelt, bajo su gobierno aplico su prédica
“del gran garrote”, para invadir con marines a Centroamérica, creando
gobiernos títeres en ese istmo.
Muchos se preguntaran porque esta
introducción tan dedicada a EEUU, porque el tema de la violencia en
América Latina, ha tenido como sello factores externos
desestabilizadores, porque hoy hablar de sicariato (asesinato por
encargo), como las acciones de los carteles de la droga, son fenómenos
casi ausentes en la primera mitad del Siglo XX, la realidad de esta
región, sintió el peso de una nueva geopolítica, concebida en el término
acuñado “por el patio trasero”, para que los Estados Unidos, pudieran
manipular los destinos de nuestras naciones.
El intervencionismo de EEUU en Sudamérica en la mitad del siglo XX
La presencia activa de EEUU a través del
fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de
desarrollo (BID), fueron la punta de lanza, para controlar las economías
de Sudamérica, las cuales luego de la Segunda Guerra Mundial, sintieron
los efecto de una baja en la producción agrícola, ganadera, en el
cobre, el salitre, la minería, el carbón, esta baja de exportaciones,
vinculadas al proteccionismo de Europa y Estados Unidos. Obligo a las
naciones sudamericanas, a lograr compromisos con el FMI y BID, bajo
empréstitos con altas tasas, como las políticas de ajustes
macroeconómicos, generando recortes a nivel social, salud, alimentación,
educación, creando de esta manera respuesta políticas y armadas de en
países del Cono Sur, ante una crisis intolerable para la sociedad en su
conjunto.
La lucha de los sindicatos, los
educadores y los estudiantes marcaron la rebeldía, ante la profunda
crisis, es en este marco de ajustes y oposición del pueblo, la repuesta
fue los golpes de estado y la muerte selectiva, como los plantea el
código de la Central de Inteligencia Americana (CIA). Estas acciones
punitivas desataron la muerte de miles de ciudadanos, de Chile,
Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay, como las desapariciones forzosas,
en el acuerdo entre EEUU y los militares del Plan Cóndor, con sus
escuadrones de la muerte, que llegaron a EEUU para matar al socialista
Orlando Letelier, o el general nacionalista Juan José Torrez de Bolivia,
y el general Carlos Prat asesinado en Buenos Aires, por estos mismos
grupos paramilitares. Sería interminable citar a ciudadanos torturados, a
niños secuestrados por militares, para criarlos como sus hijos, un
ejemplo de inmoralidad y crueldad, luego de matar a su padre, lo que
muestra una vez más la inmoralidad del capitalismo, que mata y destruye
para ampliar sus ganancias.
Golpes de estado y los asesinatos de la CIA crearon violencia en Latinoamérica
Nos parece importante citar el manual,
de operaciones contrainsurgentes de la CIA, revelado por Wikileaks.
Donde cita que CIA aprueba que gobiernos civiles o militares que
enfrentan conflictos armados con grupos insurgentes recurran
frecuentemente a operaciones de ataque a objetivos de alto valor,
descritas como acciones para “remover” o neutralizar a sus cabezas para
degradar la eficacia del grupo.
El criterio de la Agencia para la
definición de quien es un HVT (un objetivo atacable) es flexible: varía
de acuerdo a “factores” que enumera: fuerza del grupo, estructura,
dinámicas de liderazgo y alcance del resultado deseado por el gobierno.
Se advierte que entre los “efectos contraproducentes” de una acción de
este tipo está el de romper ciertas “reglas del juego” establecidas
entre los rebeldes y el gobierno, lo que lleva a una escalada del
conflicto que no siempre está en el interés del gobierno.
Pero en el caso que los golpes causen
daños mayores a los que el grupo insurgente sea capaz de absorber, ya
sea por su incapacidad de reponer sus liderazgos o por los golpes
infligidos a sus líneas de financiamiento o logística, puede conseguirse
un mayor debilitamiento de su capacidad de acción.
Las “mejores prácticas”
En una revisión de operativos de ataque
contra objetivos de alto nivel hechos por la CIA se demuestra –sostiene
el documento—que estos “pueden tener un papel importante como parte de
una estrategia contrainsurgente de mayor alcance. Estos suelen arrojar
mejores resultados cuando los gobiernos analizan previamente sus
posibles efectos y factores que lo puedan impactar y simultáneamente
aplican otros instrumentos contrainsurgentes de carácter militar y no
militar.”
Entre los efectos positivos de estos
ataques enumera la erosión de la capacidad insurgente, debilitamiento de
su voluntad, reducción de su base de apoyo, división o fragmentación
del grupo, forzar que el grupo modifique sus estrategias de modo que
beneficie al gobierno y levantar la moral del gobierno y generar apoyo.
Entre los efectos negativos cita: “puede
generar mayor apoyo al grupo insurgente, lo cual podría obligar al
gobierno a distraerse de otros aspectos de su estrategia; puede hacer
que las estrategias insurgentes se modifiquen, que refuercen sus bases
de apoyo y simpatía de la población, conducir a una mayor radicalización
a los líderes sobrevivientes, generar condiciones para la adhesión de
liderazgos más radicales y escalar o des escalar el conflicto de modo
que favorezca la insurgencia”.
Estas son algunas de las “buenas prácticas” que recomienda la CIA
-Definir el impacto deseado sobre la
trayectoria del grupo insurgente, considerando que en algunos casos
pueden generarse efectos indeseados.
-Definir la decisión del ataque en base
de un sólido conocimiento de los mecanismos internos del grupo y sus
debilidades específicas, información que se puede obtener mediante los
interrogatorios a sus desertores.
-Incorporar la operación de ataque a una
estrategia integral, que permita capitalizar el resultado de la
operación o compensar algunos de los efectos producidos.
-Proteger a los actores más moderados.
Los ataques contra los líderes más violentos y extremistas pueden
resultar en un acuerdo político. En muchos grupos insurgentes hay
divisiones internas entre sus dirigentes más militaristas y los más
políticos.
-Aprovechamiento de las contradicciones
internas. Exacerbar o explotar las fisuras en los liderazgos puede
funcionar de manera tan efectiva como el dirigir un ataque militar
contra uno de sus liderazgos.
Esta selección de reglas para tratar de
desarticular a movimientos insurgentes, han sido aplicados en América
Latina, pero también se aplican a dirigentes populares, sindicales,
líderes progresistas asesinados, como Salvador Allende, Jacobo Arbenz,
Guatemala, el líder Eliecer Gaitán Colombia, las decenas de intentos
contra Fidel Castro, el asesinatos del senador uruguayo Zelmar
Michelini, entre otros tantos dirigentes asesinados o desaparecidos.
Esta realidad en parte de las políticas
de EEUU, que usa la CIA, la USAID, las Embajadas, como punta de lanza,
para controlar a las naciones de América Latina y el Caribe, para
adquirir sus recursos, aplicarles los TLC, sin considerar que la crisis
de Estados Unidos y Europa, con los ajustes del FMI, La Troika y el
Banco Mundial (BM), han llevado a los peores ajustes de la historia, y
la crisis más grave de la historia contemporánea a Europa.
diegojolivera@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario