A propósito del viaje del Presidente Maduro a la República Popular China, conviene recordar que la Política Exterior de un país obedece por una parte al mandato expresado en la Constitución que se traduce en la agenda de Estado, es decir a aquellos componentes propios del país que establecen condiciones geográficas, históricas, culturales propias de una nación que determinan su relacionamiento internacional. También forma parte de la política exterior la agenda del Gobierno, la cual se refiere a los objetivos y metas que se propone un gobierno en ejercicio, los cuales están determinados por la orientación política del Jefe de Estado. Es allí donde el Comandante Chávez imprimió carácter estratégico y soberano a la Política Exterior venezolana para convertirla en motor del proceso de cambio revolucionario, que ahora el gobierno chavista del Presidente Maduro profundiza como uno de sus mayores legados, demostrando a toda una “casta” diplomática pitiyanqui que nuestro país si puede desarrollar una política exterior beneficiosa y no dependiente, entreguista y subyugada a intereses foráneos como en otrora se hizo en la IV república.
Tal es el caso de las relaciones China-Venezuela, las cuales pese a haberse establecido formalmente en 1974, no fue sino hasta la llegada de la revolución bolivariana en 1999 que asumieron carácter estratégico y una vigorosa agenda de trabajo expresada en intercambios comerciales, tecnológicos, culturales, así como en una solida alianza política que consolida nuestra independencia; permitiendo romper con el mito de que sostener una relación desigual y entreguista con los EEUU era “necesario” para no quedar aislados del mundo. Durante los años de revolución se ha dado un incremento del comercio bilateral, que pasó de 1,4 millones de dólares en 1974 a 2.141,8 millones de dólares en 2005, entre los cuales, la exportación china hacia Venezuela fue de 907,8 millones de dólares y la de Venezuela hacia China, 1.234 millones de dólares. Para este 2013 señala el Ministro Ramírez que el “intercambio con China supera los 20.000 millones de dólares factura petrolera, y el Fondo Chino ha recibido 36.000 millones de dólares de los cuales unos 20.000 millones ya han sido cancelados y mientras escribo estas líneas anuncia el gobierno nacional el acuerdo por 5.000 millones de dólares en diferentes áreas de inversión.
El Presidente Maduro visita China con el objetivo de profundizar las relaciones y sostener el impulso al crecimiento económico nacional a través de la inversión conjunta y la transferencia tecnológica que entre otros logros ha permitido al país contar con dos satélites en órbita y personal venezolano formado y calificado como operarios de los mismos. Sin embargo, y contrario a cualquier lógica que busque el beneficio para el país, el oposicionismo denuncia las relaciones con China, ni siquiera en su visión mercantilista son capaces de reconocer la importancia de aquel país en el orden económico y político contemporáneo, añoran la relación de dependencia y entreguismo con EEUU y para colmo, el cada vez menos atinado gobierno de Obama, en una maniobra patotera y torpe, niega el sobrevuelo del avión presidencial venezolano sobre Puerto Rico, despertando la crítica del continente en pleno y quedando en evidencia por su accionar despótico y arbitrario, para terminar reculando como últimamente viene haciéndolo en sus decisiones de política internacional. Todo esto solo celebrado por la desesperada derecha oposicionista que intenta ocultar su malestar porque sabe que la profundización de la relaciones con China solo permitirá al Gobierno Chavista consolidarse en la medida que beneficia cada vez más al pueblo.
La política exterior que nos legó el Comandante Chávez ha permitido reescribir no solo para Venezuela sino para los pueblos libres y los que añoran ser libres, otra “formula de relacionamiento internacional” con base en el respeto, la solidaridad, la complementariedad y reciprocidad, no como retórica diplomática burguesa, hueca y sin resultados, sino como realidad tangible, palpable con hechos, por ello cuidamos y profundizamos su legado y en esta materia el Presidente Nicolás tiene mucho camino adelantado para seguir avanzando victoriosos.
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