lunes, 16 de diciembre de 2013

En 16 años el gobierno no elaboró plan para ajustar el precio de la gasolina

En Venezuela se revisa la experiencia de Irán en el desmontaje del subsidio de la gasolina / Yonny Camacho

La propuesta requiere seis meses de preparación y medidas de compensación para el transporte público

El precio de la gasolina no aumenta desde hace 16 años, período que incluye la última parte del segundo gobierno de Rafael Caldera, 14 años de Hugo Chávez y un año que lleva Nicolás Maduro, primero como encargado de la primera magistratura y luego como presidente tras los comicios de abril de 2013. En ese lapso no se preparó ningún plan para evitar el rezago en el combustible. El congelamiento del precio (9 centavos de bolívar en el caso de la gasolina de mayor octanaje) y las sucesivas devaluaciones de la moneda nacional –de más de 1.000% en ese tiempo– se convirtieron en los dos factores que propiciaron que Venezuela tenga el precio de la gasolina más bajo del mundo: un céntimo de dólar por litro al tipo de cambio de 6,30 bolívares por dólar.
Cuando Hugo Chávez llegó al poder el precio de la gasolina equivalía a 17 céntimos de dólar, cifra que para ese momento cubría los costos de producción, refinación y distribución de Petróleos de Venezuela. Sin embargo, entre 1998 y 2003 los cálculos arrojaron que la gasolina es el único bien en el país que disminuyó de precio de manera significativa con una caída de 94%, al hacer la conversión a la divisa de Estados Unidos. La propuesta presentada a finales de la presidencia de Caldera, de liberar el precio del combustible o establecer un criterio técnico para revisar las tarifas anualmente, fue postergada en 1998 por razones electorales.
En la gestión de Chávez se engavetó y no se discutió ninguna de las medidas planteadas antes de asumir el mando para corregir el rezago en el precio del combustible. “Desde 1999, el gobierno no ha tenido un plan ni ha elaborado un proyecto dirigido a evitar distorsiones con el subsidio de la gasolina. Nunca se han hecho consultas con los sectores productivos que saldrían afectados, que no sólo abarca al transporte de pasajeros, sino también al de carga de alimentos y la industria manufacturera”, señaló Ramón Castro Pimentel, ex vicepresidente de Deltaven, filial de Pdvsa encargada de la distribución de combustibles. “Cuando se aumentó el precio en casi 10 veces en el gobierno de Caldera, se hicieron las consultas 6 meses antes, hubo medidas compensatorias y un criterio para tener un subsidio directo al transporte a través de Fontur”, agregó.
Estudios engavetados
En las discusiones que se dieron entre 1995 y 1998, como parte de la apertura a privados en el sector petrolero, se estableció como objetivo que el precio de la gasolina debía ajustarse de acuerdo con una fórmula que tomara en cuenta costos operativos de Pdvsa y un margen de ganancia para propietarios de las estaciones de servicio y empresas distribuidoras. La promesa favoreció que transnacionales entraran al negocio del expendio de gasolina para automóviles.
Adicionalmente, se señaló que para la fijación de la tarifa tomaría en cuenta la fluctuación de los precios del petróleo en los mercados internacionales. En los debates parlamentarios registrados en el extinto Congreso de la República se sugirió utilizar la unidad tributaria –como ocurre con los impuestos que cobra el Seniat y las tasas de trámites públicos– para tomar en cuenta la variación anual del índice nacional de precios al consumidor, que marca la inflación en el país.
En dos oportunidades el fallecido presidente Chávez mencionó la posibilidad de un incremento: una como consecuencia de la crisis fiscal que generó el paro petrolero de diciembre de 2002 y enero de 2003, y luego al inicio de su mandato en 2007. El mandatario pidió que se hicieran los estudios para que la medida tuviera bajo impacto en las tarifas de transporte, en la estructura de costos de los alimentos y en la variación del INPC. No obstante, el análisis de un posible aumento no fue hecho, aunque se tienen referencias de evaluaciones efectuadas en 1996 que indican poca incidencia sobre la inflación, siempre y cuando se establezcan subsidios directos al transporte y vehículos de carga.
“En los estudios que elaboró el equipo técnico de Pdvsa, junto con el del Banco Central, se determinó que el incremento de la gasolina pesaba poco en la inflación, en los costos de los vehículos y en el transporte”, afirmó Ramón Espinasa, ex economista jefe de Pdvsa. “En ocasiones se atribuye como causa de los disturbios de febrero de 1989 el alza de la gasolina que se aplicó al comienzo del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, pero se olvida que en 1996 subió 10 veces. No hubo protestas, se contó con un plan compensatorio y la presión inflacionaria de ese año se debió a la devaluación”.
La nueva agenda
Actualmente, según fuentes vinculadas al Ministerio de Petróleo y Minería, estudian que la medida no se limite a un aumento puntual, sino que se establezca una norma o pauta económica para evitar futuros rezagos. También se evalúa la propuesta de establecer como referencia la unidad tributaria para el cobro de todos los  impuestos y tarifas de combustibles.
Otra de las experiencias que se revisan es la de Irán, que a finales 2010 desmontó el subsidio a la gasolina, pero con una asignación monetaria a la población mediante la apertura de cuentas bancarias. Este esquema, sin contar con el apoyo Fondo Monetario Internacional, después recibió elogios de los técnicos del organismo.
“La distribución física de las transferencias de dinero fue bien planeada, se prolongó por más de cuatro semanas, y se comenzó a realizar un mes antes de la subida de precios”, dice el documento del FMI. “La reforma convirtió a Irán en el primer país productor y exportador de petróleo que reduce drásticamente los subsidios indirectos masivos a los productos energéticos y los reemplaza por dividendos que se transfieren a la población”, agrega el organismo internacional.



“No estoy diciendo que vamos a aumentar el precio de la gasolina, ni está planteado. Sin embargo, es absurdo lo que se está pagando. Es necesario que se dé una discusión porque no podemos despalillar nuestros recursos naturales”.
Rafael Ramírez
Ministro de Petróleo y Minería y presidente de Pdvsa 

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