El venezolano
Martin Lustgarden Acherman, con residencia al sur de la Florida, fue
arrestado en EEUU bajo cargos de encabezar una red vinculada al
narcotráfico y paramilitarismo colombiano y mexicano que se encargaba de lavar millones de dólares a través de negocios que servían de “fachadas”.
Según las autoridades estadounidenses, Lustgarden
junto a su red lavó hasta 100 millones de dólares por medio de negocios
y empresas que mantenía en diversos países, incluido Estados Unidos.
Martin Lustgarden Acherman
(algunos escriben su apellido Lustgarten, con t y no d) quien posee
ciudadanía austriaca además de la venezolana, llevaba años
siendo investigado por las autoridades estadounidenses por encontrarse
en el centro de “una compleja red de compañías extranjeras” que se
presentaban como financistas de operaciones de comercio exterior para
encubrir “transferencias ilegales de dinero”, según documentos
presentados en una corte federal en Florida. Así reseña el diario de
Miami ‘El Nuevo Herald’.
Lustgarden es un empresario
opositor venezolano residenciado en Estados Unidos que hizo fortuna
rápidamente y que mantuvo, por lo menos hasta 2009, una sociedad junto
al banquero prófugo Eligio Cedeño y dos familiares directos de Alberto
Federico Ravell, su yerno, Jesús Ramírez y su propia hija
Isabel Cristina Ravell Nolck, quienes fueron socios de Lustgarden en una
cuestionada empresa de oscuros intereses cuyo nombre era “PanBienes”,
registrada en Panamá en 2007. Debido a su poca transparencia la empresa
fue presionada por las autoridades fiscalizadoras de ese país para
finalmente cerrar sus puertas a mediados de 2009.
La empresa ‘PanBienes’ empezó a
operar en el país centroaméricano con un extraño sistema “piramidal” que
algunos llegaron a comparar con las “pirámides financieras colombianas”
por las que permanece preso el colombiano David Murcia, e incluso con
el sistema de Madoff, según publicó la página opositora ‘Informe24´s’ en
el año 2009.
En varias ocasiones la
Superintendencia de Bancos de Panamá les reprendió públicamente por
realizar operaciones para las que no estaban legalmente autorizados.
Hay que hacer notar que Panbienes también contaba con la presencia de
la hija de Hugo Farías, así como de los ciudadanos Edgar Monserrat y
Oswaldo Yépez, Carlos Izquierdo, Carlos y Miguel Rodríguez Siso, e
incluso algunos han llegado a mencionar la presencia del ex Gobernador
del estado Zulia Manuel Rosales.
Panbienes no era un banco,
tampoco era una financiera ni una cooperativa, pero se dedicaba a captar
dinero del público y prestarle a pequeños empresarios funcionando
piramidalmente, es decir, bajo la muy conocida estafa de las “Piramides”.
Así como había llamado la atención de
muchos panameños, esta empresa también captó la atención de las
autoridades debido al tipo de servicio que ofrecía, ya que el mismo no
era regulado por ninguna entidad que vela por las compañías que captan
dinero del público como la Superintendencia de Bancos, la Comisión
Nacional de Valores o la Dirección de Empresas Financieras del
Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) de Panamá.
Quien para entonces era el
viceministro de Comercio Interior panameño, Manuel José Paredes, dijo
que el MICI estaba realizando una investigando sobre la actividad que
realizaba esta empresa para determinar si la licencia con la cual
operaba en ese momento era la más adecuada. Paredes confirmó
que la empresa tenia una licencia tipo A y fue registrada como un
conglomerado dedicado a la administración de fondos para la compra de
bienes. Aseguró que un equipo de la institución realizó una inspección a
la empresa. Inmediatamente después la empresa fue cerrada sin mayores explicaciones por sus propios socios.
Sobre el cierre de la empresa, ‘Informe24´s’ reseñaba lo siguiente: “Después
de su fundación en 2007 y una abrumadora campaña publicitaria,
Panbienes cerró su único local ubicado en Ciudad de Panamá, en la
conocida Vía España. Todos sus números telefónicos, incluso las líneas
800 están fuera de servicio. Hasta el rótulo comercial fue retirado.
Hasta los momentos las autoridades panameñas no tendrían alguna
notificación formal sobre el cierre de Panbienes…Aparentemente podría
convertirse en un nuevo escándalo que involucraría a cuestionados
ciudadanos venezolanos del mundo de la banca, finanzas y medios de
comunicación”, cita la web.
Se referían a Eligio Cedeño y
Alberto Federico Ravell, el primero siendo un banquero que se fugó de
Venezuela luego de cometer una multimillonaria estafa a la nación (Caso
Microstar) y de robarse millones de dólares de ahorristas venezolanos, mientras el segundo, Ravell,
fue envuelto en un escándalo que lo vinculó directamente a supuestos
narco-testaferros colombianos cuando adquirió mediante una negociación
bien turbia y poco transparente un canal de televisión en Colombia
llamado ‘Cable Noticias’, en el año 2011, planta televisiva que
compró de las manos del empresario colombiano Juan Gonzalo Ángel,
empresario cuestionado y señalado en su país de ser supuestamente
testaferro de grandes narcotraficantes y de haber sido socio, tanto él
como su hermano, de nada menos y nada más del gran capo de todos los
tiempos, Pablo Escobar Gaviria. Juan Gonzalo Ángel es amigo personal y
cercano a Álvaro Uribe Vélez y a todo su circulo político.
Volviendo al caso de Lustgarden
Acherman, según el diario ‘El Nuevo Herald’ de Miami, uno de los
mecanismos utilizados por el hoy detenido para lavar dinero consistía ofrecer a empresas privadas de Venezuela dólares sucios en el mercado negro o “paralelo”.
Para ese fin, el acusado presuntamente
operaban empresas que aparentaban ayudar a compañías legítimas en
Venezuela a superar las dificultades impuestas por los controles
cambiarios del gobierno.
Pero el verdadero objetivo de la red era “ganar substanciales sumas de dinero en el mercado negro venezolano”,
vendiendo “dólares obtenidos de fuentes ilegales, incluyendo recaudos
del narcotráfico”, explica la acusación presentada contra Lustgarden y
Bendayan.
Según la acusación, los dólares ilegales eran obtenidos de organizaciones mexicanas y colombianas a una tasa de cambio muy inferior a la que posteriormente eran vendidos en el mercado negro.
Los acusados luego encubrían estas
operaciones y las transferencias de dinero sucio presentándolas como
cancelaciones de deuda e inversiones de capital a través de sus
múltiples compañías y las cuentas bancarias que poseen en Florida, Nueva
York, Panamá, Hong Kong y Singapur.
Habría que preguntarse si parte de esos
dólares que destinaban al mercado negro de divisas venezolano terminaron
en las manos de dirigentes opositores para financiar actos
desestabilizadores.
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