- Categoría: Artículos
- Publicado: Lunes, 24 Agosto 2015 05:00
- Escrito por Comandante Pablo Beltrán
Napoleón
había sido derrotado en Waterloo el 18 de junio de ese año de 1815, con
esta victoria, la alianza de las monarquías reaccionarias impusieron su
tiranía de hierro en Europa, por un siglo más.
Las provincias americanas que llevaban 5
años de lucha para independizarse, sufrían el régimen de terror
impuesto por el imperio español; recrudecido desde el desembarco en
abril, del pacificador Morillo en el oriente venezolano, con un ejército
de 15 mil soldados. Desde este mismo mes, los revolucionarios
cartageneros comenzaron a preparar la resistencia al ataque imperial;
asedio que iniciaron el 18 de agosto y sostuvieron hasta el 6 de
diciembre, cuando tomaron la Ciudad Heroica.
En Cartagena el 8 de mayo, el Libertador
Simón Bolívar renunció al mando que le habían entregado y salió para
Jamaica, donde desembarcó el día 14; para partir hacia Haití el 19 de
diciembre, sin lograr su propósito de obtener el apoyo de los ingleses
para la lucha independentista. Su partida fue acelerada por el intento
de asesinato, que le hizo el imperio español el 9 de diciembre, del que
salió ileso.
El Libertador cumplió 32 años de edad el
24 de julio, en medio de la penuria del destierro jamaiquino, agravada
por las derrotas, que sufrían los patriotas a manos del terror de
Morillo.
El inglés Henry Cullen le escribió a
Bolívar, para preguntarle su opinión sobre el camino que podría tomar
América una vez se liberara de España. Éste le respondió el 6 de
septiembre, con el más famoso de sus escritos, que desde entonces se
conoce como la Carta de Jamaica.
A 200 años de haber sido escrita, la
Carta conserva vigencia por su análisis sobre los imperios, los
dominados, las guerras civiles, las luchas por la democracia, los
cambios y por ser ciudadanos de una nación soberana.
Reformadores contra conservadores
Bolívar le responde a Cullen, que es
difícil predecir la suerte futura de América y anticiparse a decir si va
a constituirse en una gran república o en una monarquía; afirmó que los
caminos los deciden los resultados de las guerras civiles, en que se
enfrentan la mayoría conservadora, con una minoría de reformadores.
El libertador fue categórico en
expresar, que la superioridad moral e intelectual de los reformadores
inclina la balanza a favor de los cambios, pese a que la masa
conservadora sea más numerosa.
La superioridad para lograr un gobierno libre, él la fundó en sentar bases de justicia, igualdad y libertad.
Las costumbres determinan el modelo de régimen
Se lamentó el Libertador, al decir que:
"Estamos dominados de los vicios que se
contraen bajo la dirección de una nación como la española, que sólo ha
sobresalido en fiereza, ambición, venganza y codicia".
De estas costumbres nace, según él, el
espíritu de partido, que lleva a la disputa entre facciones y a la
dispersión de fuerzas de los americanos.
Analizando la otra cara de la moneda,
Bolívar rechazó que el imperio español haya sumido a las gentes de
América en una minoría de edad, que las mantiene en la nulidad y la
pasividad política.
Con estas costumbres políticas, él
valoró imposible construir un sistema federal representativo y aseguró
que iban a durar más las repúblicas pequeñas, que contaran con un
parlamento de dos cámaras como el de Inglaterra y un poder ejecutivo
duradero.
“Lo que se necesita es unión”
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