Caracas, 14 Ago. AVN.- Este viernes, las
principales centrales sindicales de Brasil manifiestan su respaldo a la
presidenta de la nación, Dilma Rousseff, y abogaron por la estabilidad
institucional y por el crecimiento económico con justicia social.
A través de un comunicado, reseñado por la agencia Prensa Latina, los
sindicatos insisten en acabar con los intentos de la derecha de
desestabilizar al país suramericano y a su Gobierno legítimo.
"Es necesario desmontar el panorama político en el que prevalecen los
intentos desestabilizadores que se han utilizado como condición para la
aplicación de una política económica regresiva y orientada al retroceso
político-institucional", indica el documento.
Asimismo, en el texto los sindicatos piden a todas las fuerzas del
país un compromiso nacional que facilite avanzar hacia la reanimación de
la industria, el comercio y la agricultura.
"Brasil dio muestras de que es capaz de promover acciones de equidad,
bienestar social y calidad de vida para todos, y por ello se requiere
rápidamente de inversiones en la actividad productiva para aumentar el
empleo, mejorar la distribución de la renta y las políticas sociales",
añade el comunicado.
Igualmente, subraya que estos desafíos requieren de las fuerzas vivas
de la sociedad brasileña una posición clara en defensa de la
democracia, del calendario electoral, así como del pleno funcionamiento
de los poderes del Estado y la estabilidad institucional.
El documento referido fue firmado por los presidentes de los gremios
Central de Trabajadores de Brasil (CUT), Fuerza Sindical y Central
Brasileña de los Trabajadores (CTB), de los sindicatos de los
Metalúrgicos ABC, Comerciantes de Sao Paulo, Empleados de Hoteles,
Trabajadores de la Información, Bancarios y de la Construcción Civil,
entre otros.
La divulgación del manifiesto ocurre poco después de un encuentro de
la mandataria Rousseff con más de 1.000 representantes de movimientos
sociales y sindicales, en el que demandó unidad para rechazar los
intentos de sectores de oposición de interrumpir la democracia en esta
nación.
En Brasil la derecha ha pretendido poner punto final al segundo
mandato constitucional de la presidenta Dilma Rousseff, a quien han
querido vincular con el escándalo de corrupción en la estatal petrolera
Petrobras.
Militantes de partidos políticos, grupos sociales, gremios y pastores
han rechazado las repetidas tentativas de la oposición y de medios de
comunicación de buscar, a través de maniobras ilegales, poner fin a la
democracia en Brasil.
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