Caracas, 02 Nov. AVN.- El asedio imperial marcó el camino de Salvador Allende desde su triunfo en los comicios del 4 de septiembre de 1970 hasta su ascensión al poder, el 3 de noviembre de ese año. Si bien su victoria significó un cambio radical para ese país, pues desde el partido Unidad Popular se proponía una reforma agraria, la nacionalización de las empresas básicas, la igualdad social y la autodeterminación como Estado soberano, fuerzas extranjeras ideaban planes para evitar la transformación del país suramericano.
"No ha sido una tarea fácil", dijo Allende tres años luego de haber asumido el poder y a propósito de los ataques de factores internos y externos de diversos sectores antidemocráticos, cuyos intereses corporativos y financieros habían sido "afectados" por el socialismo.
Incluso antes de asumir la Presidencia, los ataques, planeados desde dentro y fuera del país, estuvieron a la orden del día, tal como se conocería en 2010, tras la desclasificación de archivos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
Aún cuando Allende había sido electo con 36,6%, el Congreso chileno debía ratificarlo como Presidente, puesto que el derechista Jorge Alessandri había obtenido 35,27%. Era una brecha de 1,33%.
Fue allí entonces cuando los planes de la derecha arreciaron. El diario El Mercurio, presidido por Agustín Edwards; la multinacional ITT (International Telephone & Telegraphd) y fuerzas norteamericanas auparon una serie de acciones, pues consideraban a Allende como una amenaza.
Desde Estados Unidos, el consejero de seguridad nacional, Henry Kissinger, sostuvo conversaciones con el director de la CIA, Richard Helms, para evitar la asunción de Allende. Estas conversaciones fueron del conocimiento del presidente norteamericano, Richard Nixon.
Para tal objetivo, se emprendió una guerra económica con la ayuda de El Mercurio, medio propagandístico descrito por la ITT como "la única voz francamente anticomunista que queda libra en Chile", al que se le destinaron, de acuerdo con los documentos desclasificados, 1,5 millones de dólares.
Edwards fue uno de los agentes para que el Gobierno de Nixon operara en territorio chileno. Para ello, se pusieron en marcha el Track I y Track II. Una guerra psicológica y de descrédito fue emprendida, entonces, por este medio.
También, dentro de los planes imperiales estaba contar con el apoyo de figuras del alto mando militar chileno, como René Schneider, quien fuese Comandante en Jefe del Ejército. Sin embargo, él se mantuvo firme en defensa de la democracia de Chile. Su posición no fue bien vista, por lo que se fraguó un plan para secuestrarlo que resultó en su posterior asesinato. Así, se abrió el camino para el golpe de Estado contra Allende, el 11 de septiembre de 1973.
En una entrevista concedida este año a la cadena CNN, Peter Kornbluh, director del Chile Documentation Project del National Archive, de la Universidad George Washington, indicó que aún existen archivos clasificados en los que se señala que después del asesinato a Shcneider, la CIA canceló más de 35 mil dólares a sus asesinos.
Kornbluh precisó, además, que el entonces embajador estadounidense en Chile, Edward Korry, aceptó un plan de la CIA contra la coalición de la Unidad Popular.
El 5 de noviembre de 1970, Allende recordó los ataques a los que fue sometido el vigor democrático del país suramericano y resaltó dos aspectos relevantes: la victoria de Chile para el comienzo de su liberación y que el pueblo, hecho Gobierno, asumiera las riendas de su destino.
"Chile y el mundo entero han sido testigos, en forma inequívoca, de los intentos confesados para conculcar fraudulentamente el espíritu de nuestra Constitución; para burlar la voluntad del pueblo; para atentar contra la economía del país, y, sobre todo, en actos cobardes de desesperación, para provocar un choque sangriento, violento, entre nuestros conciudadanos", advirtió Allende.
Finalmente, el presidente chileno obtuvo el 24 de octubre de 1970 el respaldo mayoritario del Congreso, que lo proclamaría como presidente por el período entre el 3 de noviembre de 1970 y el 3 de noviembre de 1976.
"Dijo el pueblo: 'venceremos', y vencimos", señaló Allende en esa oportunidad.
Adrián Durán AVN
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