Washington, junio 23 - Este jueves, la Organización de Estados Americanos (OEA) terminó la sesión de debate sobre la aplicación o no de la Carta Democrática a Venezuela sin tomar ninguna decisión al respecto, lo que en la práctica diplomática podría tomarse como "asunto archivado".
La reunión se desarrolló entre las fuertes acusaciones por parte de las representaciones de Venezuela, a cargo de la canciller Delcy Rodríguez, Bolivia y Nicaragua al secretario general, Luis Almagro, quien en algunos momentos provocó sorna general con sus risas destempladas y fuera de lugar cuanndo intervenían los representantes de gobiernos progresistas de la región, como fue el bochornoso caso denunciado por Ecuador en plena sesión.
Los 34 estados miembros escucharon el cuestionado informe de Almagro, de 125 páginas, sobre la crisis social y política en Venezuela y recibió serias observaciones en torno a la no inclusión de datos oficiales de organismos como Cepal, así como hasta de su redacción misma.
Agotadas las intervenciones no se llamó a votación para decidir si se prosigue con el proceso de la Carta.
En el aire quedó si este debate se retomará y, en caso de hacerse, cuándo sería, porque la sesión se levantó sin ningún anuncio al respecto. Es decir, fue una sesión para la nada en cuanto a las intenciones de Almagro quien, dicho sea de paso, impidió con esta reunión que la OEA estuviera presente en Cuba para la firma del cese al fuego bilateral entre las Farc y el gobierno de Colombia.
La reunión se desarrolló entre las fuertes acusaciones por parte de las representaciones de Venezuela, a cargo de la canciller Delcy Rodríguez, Bolivia y Nicaragua al secretario general, Luis Almagro, quien en algunos momentos provocó sorna general con sus risas destempladas y fuera de lugar cuanndo intervenían los representantes de gobiernos progresistas de la región, como fue el bochornoso caso denunciado por Ecuador en plena sesión.
Los 34 estados miembros escucharon el cuestionado informe de Almagro, de 125 páginas, sobre la crisis social y política en Venezuela y recibió serias observaciones en torno a la no inclusión de datos oficiales de organismos como Cepal, así como hasta de su redacción misma.
Agotadas las intervenciones no se llamó a votación para decidir si se prosigue con el proceso de la Carta.
En el aire quedó si este debate se retomará y, en caso de hacerse, cuándo sería, porque la sesión se levantó sin ningún anuncio al respecto. Es decir, fue una sesión para la nada en cuanto a las intenciones de Almagro quien, dicho sea de paso, impidió con esta reunión que la OEA estuviera presente en Cuba para la firma del cese al fuego bilateral entre las Farc y el gobierno de Colombia.
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