"salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas plateadas, les cien los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos abajo la concurrencia sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro plegaria es el rostro de Spies, firmeza el de Fischer, orgullo el de Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la voz que vais a sofocar ser más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora los encapuchan, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean en una danza espantable "
José Martí (Corresponsal en Chicago de La Nación, de Buenos Aires)
Por Margarita González, serviex@prensa-latina.cu
Las conmemoraciones en Cuba del Primero de Mayo tienen una tradición más que centenaria, la cual tuvo su origen en la aprobación oficial de esa efeméride en 1889 para recordar a los Mártires de Chicago.
El Congreso en París de la II Internacional acuerda celebrar el "Día del Trabajador" el 1 de mayo de cada año para perpetuar la memoria de cuatro obreros norteamericanos acusados, juzgados y ejecutados injustamente en mayo de 1886 en la ciudad de Chicago.
Los obreros se nombraban Albert Parsons, August Spies, Adolfo Fischer y George Engel.
Cuba figura entre los países que en 1890 efectúa el desfile acordado en el Congreso de la II Internacional. Ya para esta fecha, el movimiento obrero cubano tenía detrás de sí bellas páginas de combate.
Esa primera vez que en Cuba se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, la isla era una colonia de España y sólo habían transcurrido cuatro años desde la abolición de la esclavitud. Se intensificaban los preparativos para una nueva etapa de la Guerra de Independencia (1895-98).
Al poco tiempo, el Capitán General Emilio Polavieja prohíbe los desfiles, medida que se mantiene hasta la instauración de la República mediatizada (1902).
Durante los festejos de 1918, se acuerda enviar un saludo a los trabajadores de la Rusia soviética con motivo del triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre.
Más adelante, en 1925, los trabajadores cubanos critican la situación económica del país, por lo que el régimen antipopular de Gerardo Machado ordena la prohibición de esos actos.
Cinco años después, en La Habana de 1930, los trabajadores son dispersados por el ejército, dos sindicalistas resultan muertos y otros 17 heridos en la Colina Lenin, en el municipio de Regla.
A partir de 1937, el Gobierno se ve obligado a autorizar nuevamente la celebración del Primero de Mayo, esencialmente debido a las luchas libradas por el movimiento obrero.
Cuando en 1939 se funda la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), a los tres meses y tres días de nacida, estrena la celebración del Primero de mayo, iniciando un ciclo de celebraciones unitarias con creciente masividad, brillantez y combatividad.
Estas cualidades se perderán después de 1947, cuando la dirección de la CTC -mediante sucios métodos de los gobiernos de Ramón Grau, Carlos Prío y la tiranía de Fulgencio Batista- fue escamoteada por la divisionista camarilla que encabezó Eusebio Mujal.
Casi tres lustros transcurrieron en Cuba con esa situación represiva, la que arreció más aún con la dictadura de Fulgencio Batista.
A riesgo de sus vidas, Lázaro Peña y otros sindicalistas mantuvieron la lucha contra la situación imperante y por la unidad de los trabajadores, y organizaron desfiles conmemorativos del Primero de mayo paralelos a los actos oficiales.
Con el triunfo de la Revolución en enero de 1959, los desfiles por el Día Internacional de los Trabajadores se reanudan masivamente, lográndose marchas que sobrepasan el millón de personas.
En 1970 el desfile habitual altera su rumbo, al campo en lugar de a la Plaza de la Revolución. El país se encuentra inmerso en la zafra azucarera.
A causa de la depresión económica provocada por la desaparición del campo socialista, el tradicional desfile del Primero de Mayo fue suspendido para evitar gastos superfluos en 1994 y 1995. Pero en 1996 se reinician, esta vez bautizado como Marcha del Pueblo Combatiente.
Entre el 2000 y el 2004, el tradicional desfile fue sustituido por Tribunas Abiertas que igualmente desbordaron la Plaza de la Revolución con fervor revolucionario y un intenso colorido.
En el 2005 desde horas tempranas millones de cubanos colmaron las principales plazas del país para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores bajo la consigna "En este mundo hay ansia de justicia", en una jornada de condena al terrorismo y de protesta ante el gobierno de Estados Unidos por la impune presencia del connotado terrorista Luis Posada Carriles en esa nación norteña.
Para los festejos en el 2006, una multitudinaria concentración popular en la plaza capitalina patentiza el apoyo a la Revolución y sus conquistas sociales, así como la irreversibilidad del socialismo en la Isla bajo el lema:"Unidos en Defensa de la Patria Socialista"
Ya en el 2007, millones de cubanos vuelven a desfilar en las principales plazas nacionales bajo consignas de apoyo a la Revolución.
Este Primero de Mayo, los cubanos acudiremos nuevamente al llamado de la Patria. En las plazas, barrios, pueblos, comunidades y todos los rincones de la Isla, se hará patente la voluntad de continuar la construcción del proyecto revolucionario.
La autora es especialista del Centro de Documentación e Información (CEDOI) de PRENSA LATINA.
Las conmemoraciones en Cuba del Primero de Mayo tienen una tradición más que centenaria, la cual tuvo su origen en la aprobación oficial de esa efeméride en 1889 para recordar a los Mártires de Chicago.
El Congreso en París de la II Internacional acuerda celebrar el "Día del Trabajador" el 1 de mayo de cada año para perpetuar la memoria de cuatro obreros norteamericanos acusados, juzgados y ejecutados injustamente en mayo de 1886 en la ciudad de Chicago.
Los obreros se nombraban Albert Parsons, August Spies, Adolfo Fischer y George Engel.
Cuba figura entre los países que en 1890 efectúa el desfile acordado en el Congreso de la II Internacional. Ya para esta fecha, el movimiento obrero cubano tenía detrás de sí bellas páginas de combate.
Esa primera vez que en Cuba se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, la isla era una colonia de España y sólo habían transcurrido cuatro años desde la abolición de la esclavitud. Se intensificaban los preparativos para una nueva etapa de la Guerra de Independencia (1895-98).
Al poco tiempo, el Capitán General Emilio Polavieja prohíbe los desfiles, medida que se mantiene hasta la instauración de la República mediatizada (1902).
Durante los festejos de 1918, se acuerda enviar un saludo a los trabajadores de la Rusia soviética con motivo del triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre.
Más adelante, en 1925, los trabajadores cubanos critican la situación económica del país, por lo que el régimen antipopular de Gerardo Machado ordena la prohibición de esos actos.
Cinco años después, en La Habana de 1930, los trabajadores son dispersados por el ejército, dos sindicalistas resultan muertos y otros 17 heridos en la Colina Lenin, en el municipio de Regla.
A partir de 1937, el Gobierno se ve obligado a autorizar nuevamente la celebración del Primero de Mayo, esencialmente debido a las luchas libradas por el movimiento obrero.
Cuando en 1939 se funda la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), a los tres meses y tres días de nacida, estrena la celebración del Primero de mayo, iniciando un ciclo de celebraciones unitarias con creciente masividad, brillantez y combatividad.
Estas cualidades se perderán después de 1947, cuando la dirección de la CTC -mediante sucios métodos de los gobiernos de Ramón Grau, Carlos Prío y la tiranía de Fulgencio Batista- fue escamoteada por la divisionista camarilla que encabezó Eusebio Mujal.
Casi tres lustros transcurrieron en Cuba con esa situación represiva, la que arreció más aún con la dictadura de Fulgencio Batista.
A riesgo de sus vidas, Lázaro Peña y otros sindicalistas mantuvieron la lucha contra la situación imperante y por la unidad de los trabajadores, y organizaron desfiles conmemorativos del Primero de mayo paralelos a los actos oficiales.
Con el triunfo de la Revolución en enero de 1959, los desfiles por el Día Internacional de los Trabajadores se reanudan masivamente, lográndose marchas que sobrepasan el millón de personas.
En 1970 el desfile habitual altera su rumbo, al campo en lugar de a la Plaza de la Revolución. El país se encuentra inmerso en la zafra azucarera.
A causa de la depresión económica provocada por la desaparición del campo socialista, el tradicional desfile del Primero de Mayo fue suspendido para evitar gastos superfluos en 1994 y 1995. Pero en 1996 se reinician, esta vez bautizado como Marcha del Pueblo Combatiente.
Entre el 2000 y el 2004, el tradicional desfile fue sustituido por Tribunas Abiertas que igualmente desbordaron la Plaza de la Revolución con fervor revolucionario y un intenso colorido.
En el 2005 desde horas tempranas millones de cubanos colmaron las principales plazas del país para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores bajo la consigna "En este mundo hay ansia de justicia", en una jornada de condena al terrorismo y de protesta ante el gobierno de Estados Unidos por la impune presencia del connotado terrorista Luis Posada Carriles en esa nación norteña.
Para los festejos en el 2006, una multitudinaria concentración popular en la plaza capitalina patentiza el apoyo a la Revolución y sus conquistas sociales, así como la irreversibilidad del socialismo en la Isla bajo el lema:"Unidos en Defensa de la Patria Socialista"
Ya en el 2007, millones de cubanos vuelven a desfilar en las principales plazas nacionales bajo consignas de apoyo a la Revolución.
Este Primero de Mayo, los cubanos acudiremos nuevamente al llamado de la Patria. En las plazas, barrios, pueblos, comunidades y todos los rincones de la Isla, se hará patente la voluntad de continuar la construcción del proyecto revolucionario.
La autora es especialista del Centro de Documentación e Información (CEDOI) de PRENSA LATINA.
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