jueves, 28 de agosto de 2014

"Sepa el cantador sombrío, que yo cumplo con mi ley" por Pedro Ibáñez

 
Caracas, 14 Ago. AVN.- Con la leyenda de Florentino y el Diablo, el Comando Maisanta personificó a las dos fuerzas políticas que se enfrentaron en el referéndum revocatorio convocado por la oposición en 2004, y la campaña por el "No", promocionada por el chavismo, se basó en la representación simbólica de ambos personajes, creados por el poeta barinés Alberto Arvelo Torrealba.
De dicho poema fue publicada en 1940 su primera versión de 280 versos, en el libro Glosas al cancionero. Diez años después fue publicada la más popular, que cuenta con 460 versos y posteriormente, en 1957 se publicó otra versión con 1.200 versos.
La historia simboliza la eterna lucha del bien contra el mal, representada en un contrapunteo llanero en el cual, como explica el poeta Ángel Eduardo Acevedo en la Antología poética de Alberto Arvelo Torrealba (2004), "quien peló letra primero, perdió".
Sobre esta posibilidad de la derrota, al comienzo del poema el Diablo reta a Florentino y le invita a una "porfía" en Santa Inés, lugar de la célebre batalla en la que el general Ezequiel Zamora derrotó a la oligarquía conservadora en 1859.
"Amigo por si se atreve, aguárdeme en Santa Inés, que yo lo voy a buscar, para cantar con usté", le dice el jinete sombrío que va al trote tras él, que "bajo el negro pelo e' guama, la cara no se le ve".
Florentino, hombre humilde de llano, pero recio en la copla y el canto, acepta el reto del espanto. "Sepa el cantador sombrío, que yo cumplo con mi ley, y como canté con todos, tengo que cantar con él".
Llega el momento de la cita y aparece el Diablo, caracterizado en la estética criolla, "ojos negros", "pelo negro", "pelo de guama luciente que con el candil relumbra" , "jeme y medio de puñal en la cintura" y "frente de cálida arruga", rasgo éste inspirado en el Satanás de la literatura inglesa.
"Significamos también que ahora se ha ahondado la cicatriz del rostro, y se patentiza más el propio Diablo retratado por John Milton en su El paraíso perdido del que Arvelo Torrealba fue lector persistido", explica al respecto el poeta Acevedo.
Cuando comienza la porfía los contendores se retan utilizando adivinanzas, "quién es el que bebe arena en la noche más oscura", y retos de palabras, "Dame campo pensamiento y dame rienda albedrío, pa' enseñarle al que no sabe, a rematar un corrío".
Ambos se desafían con las rimas: "Si me cambió el consonante, yo se lo puedo cambiar". Florentino advierte que puede vencer al diablo al amanecer y mantiene el contrapunteo toda la noche. "Yo soy quien marcó mi rumbo con el timón de cantar", dice.
El arpa, cuatro y maracas continúan sonando mientras el Diablo expresa su amenaza, "Capitán de la Tiniebla es quien lo viene a buscar", y Florentino quien cuenta con despunte del sol en el alba, le contesta, "Mucho gusto en conocerlo tengo, señor Satanás" para comenzar a invocar a las vírgenes y la Santísima Trinidad hasta ver al diablo huir en un "negro bongo que echa a andar".
La obra posee diversas interpretaciones, como la clásica lucha del bien contra el mal, la personificación de las fuerzas de la naturaleza que en el llano son el verano ("catire Florentino") y el invierno ("con tanto barrial y lluvia"), la histórica, de Zamora contra los godos, y en 2004 le fue adjudicada la lectura política, que concretó la victoria popular de la revolución ante la oposición en el referéndum revocatorio presidencial, siendo Florentino un ideal de patria y el Diablo el oligarca pro imperialista.
"Florentino somos nosotros que le respondemos a la oligarquía y a sus amos extranjeros lo que estamos respondiéndoles y está escrito aquí", expresó Chávez sobre el poema, cuando juramentó al Comando Maisanta en aquella campaña electoral, en el Teatro Municipal de Caracas.
En aquella oportunidad se popularizó la versión cantada del corrido, hecha por Juan de los Santos Contreras, "El Carrao de Palmarito" y José Romero Bello, ambos apureños que interpretan al Diablo y a Florentino, respectivamente.
El tema inicia con un preámbulo en una noche oscura, fría y de lluvia, en la que varios llaneros reunidos advierten el aguacero que cae y recuerdan la noche cuando Florentino cantó con el Diablo.
Uno de los presentes pide si alguien pudiera cantar ese pasaje. El catire Venancio se sabe de memoria este reto, pero ante de cantar pide chimó y un cuatro.Luego irrumpe virtuosa el arpa llanera y comienza el contrapunteo.
El poema también formó parte de la composición La Cantata Criolla de Antonio Estévez, que ganó el Premio Nacional de Música en 1954; y la leyenda de Florentino y el Diablo, fue recreada por Rómulo Gallegos en su novela Cantaclaro.
Alberto Arvelo Torrealba, creador de este legado cultural, nació en Barinas en 1905, fue poeta, abogado, docente, ministro y embajador, en 1966 obtiene el Premio Nacional de Literatura y falleció en Caracas en 1971. En 2004, Monte Ávila Editores publicó su Antología Poética, que forma parte de la Biblioteca Básica de Autores Venezolanos.

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