Por Betty Hernández*
La Habana (PL) El vertiginoso crecimiento de la red de redes
representa hoy una posibilidad para revertir el efecto de los problemas
económicos que afectan a la población en América Latina.
La región se proyecta para 2020 como una de las zonas donde la red
global tendrá mayores perspectivas de expansión, de mantener la
tendencia observada durante los últimos años, según la Asociación
Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de
Telecomunicaciones.
Muestra de ello es que entre 2012 y 2013, el conjunto de países
latinoamericanos fue el que más creció en cuanto a usuarios de la web,
con un 12 por ciento, precisa la misma fuente.
Datos proporcionados por el portal digital Ecomlac de la Federación
Latinoamericana y del Caribe para Internet y el Comercio Electrónico,
reafirman que la red global es un catalizador crucial para aumentar el
desarrollo económico.
Dicha fuente sostiene que un crecimiento del 10 por ciento en la
penetración de servicios de banda ancha en América Latina y el Caribe
incrementaría el Producto Interno Bruto (PIB) en 3,2 puntos porcentuales
como promedio.
Estudios sobre el impacto económico de la red de redes sugieren que
esta es responsable, en promedio, de aproximadamente el dos por ciento
de PIB en los países en vías de desarrollo, y de 3,4 por ciento en
países desarrollados.
En 2016, según Ecomlac, la economía del Internet alcanzará a 4,2
billones (millón de millones) de dólares en las economías del G-20,
incluidos México, Brasil, y Argentina.
En concordancia con este vertiginoso crecimiento, hoy casi el 50 por
ciento de la población residente en Latinoamérica tiene acceso a
Internet, muestran los datos expuestos por la Secretaria General
Iberoamericana (Segib).
De los tres mil millones de usuarios de la web que hay en el mundo
hoy, unos 300 millones están en esta zona geográfica, lo que representa
una décima parte de la audiencia mundial, informa dicha entidad.
Con un ritmo de expansión del 13 por ciento anual, muy superior al de
otra región en el mundo, el mayor acceso de las personas a la red
impacta directamente en la realidad de los medios de comunicación
masiva.
La Segib cuenta más de 12 mil de estos espacios digitales en la
región, en la cual sobresale el caso de México con 122 millones de
habitantes y dos mil medios en la web, y Costa Rica con cinco millones
de habitantes, y 140 medios en igual soporte.
Todas las variables que mejoran el vínculo entre las audiencias y los
medios a través de internet -utilizadas por el 60 por ciento de los
usuarios latinoamericanos- como son la banda ancha, los smartphones, el
comercio electrónico, la inversión publicitaria y las redes sociales,
están mostrando un crecimiento acelerado en la región, expuso la
titularde dicha entidad, Rebeca Grynspan.
Reconoce que pese a las diferencias sustanciales entre los países y
los promedios engañosos, lo importante tras las cifras son los seres
humanos y sus historias, la mejora en su calidad de vida, el progreso
que aporta la sociedad de la información para un desarrollo social y
económico que nos incluya a todos y que dé voz a distintos grupos
sociales.
En este sentido la Segib apuesta por el capital del siglo XXI: el
talento y el emprendimiento, basados en estudios que indican que la
región latinoamericana y caribeña ostenta un elevado número de
emprendedores per cápita en comparación con otros países.
Sin embargo, añade la institución, la escasez de innovación en la
esfera empresarial afecta el desarrollo de este potencial en un contexto
en que la crisis económica y la depresión de los mercados laborales
obligan a buscar nuevos escenarios productivos.
Ciertamente la explotación de la Internet está y estará limitada por
cuestiones tanto de infraestructura como de demanda, basada en la actual
oferta de las compañías, la indumentaria necesaria y la capacidad real
de la población para costearse este servicio.
Sortear tales obstáculos a la vez que garantiza una alfabetización
tecnológica para el buen uso de las redes, es una prioridad que deben
trazarse los gobiernos de la región pensando en la superación personal y
el bienestar ciudadano, y también en el impulso que recibirán las
economías con las nuevas formas de comercio e interacción que
indudablemente aparecerán.
Sin embargo, la explotación de la Internet por los países
latinoamericanos ha de estar basada en estrategias responsables que no
permitan comprometer la seguridad nacional ni la soberanía alcanzada por
los pueblos de la región.
Respecto a este tema, el fundador de WikiLeaks, JulianAssange, ha
alertado el riesgo a la autodeterminación de los países de Latinoamérica
y el Caribe en tanto empresas estadounidenses controlan casi todas sus
comunicaciones a través de la red global.
Este criterio se basa en el hecho de que la infraestructura que
dirige gran parte del tráfico de Internet desde y hacia la región es a
través de cables de fibra óptica que físicamente pasan por el territorio
de Estados Unidos.
El experto asegura que este país ha transgredido su propia ley sin
ningún tipo de escrúpulos al interceptar las líneas con el fin de
vigilar a sus propios ciudadanos, en tanto no existen normativas que
impidan el espionaje a ciudadanos extranjeros.
Assange agrega que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense
(NSA) recibe y procesa diariamente mil 700 millones de comunicaciones,
entre ellos datos de políticos, economistas, empresas y personalidades
de la región.
El ritmo actual de crecimiento y las experiencias del uso de Internet
como fuente generadora de empleos en diferentes países del orbe
demuestran que es factible invertir en esta esfera de las nuevas
tecnologías.
Pero si bien la red de redes puede aportar gran beneficio a los
gobiernos latinoamericanos, han de pensarse y trazarse las estrategias
pertinentes para que su uso no afecte la soberanía y la seguridad de la
región.
* Redacción de Economía de Prensa Latina.
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