La revolución bolivariana constituye un hecho histórico que abrió cauce a
la más amplia participación y protagonismo del pueblo venezolano en la
construcción de una nueva forma de vida que teóricamente implicaba el
impulso del poder popular en permanente organización, espíritu de debate
y comprensión de su realidad, así como, las pertinentes tomas de
decisiones para avanzar hacia la sociedad nueva, la sociedad socialista,
como expresión de la mas profunda democracia.
Este escenario debe necesariamente conducir a la destrucción de todos
los estamentos que le dan sustento a la sociedad capitalista: El estado
burgués con todas sus superestructuras y las relaciones económicas de
producción sustentadas en la propiedad privada; amen de superar todos
los valores, estilos, conductas y conceptos que marcan la personalidad
de los seres humanos en esa sociedad. Estrategia claramente definida por
el camarada Hugo Chávez Frías en el año 2005.
Es sabido que el camino asumido para cumplir con este cometido, hasta
ahora, ha sido la participación en las elecciones convocadas por el
estamento burgués para cumplir la premisa de que para destruir el
capitalismo, es necesario tomar el poder político, tarea cumplida a
medias por el camarada Chávez.
Elecciones Parlamentarias: ¿Avanzar o retroceder?
Sin lugar a dudas, la construcción de la nueva sociedad debe entonces
implicar la generación de formas, métodos y maneras de selección de las o
los voceros que irían a los diferentes órganos y organismos del estado,
que nazcan de las entrañas del poder popular revolucionario, como
mecanismo de pre-figuración de la sociedad que se quiere construir:
participativa y protagónica, profundamente democrática. Ejemplo de esta
realidad, podemos observarla en la sociedad cubana, pueblo digno y
valiente que ha sido sometido a mas bestial de los acosos por parte del
imperialismo yanki, que le impuso por mas de 50 años un bestial bloqueo
económico que casi los mata de hambre, pero que ha mantenido el camino
de la dignidad y la participación protagónica y democrática. Allí la
revolución ha seguido firme en la convicción de que todo el pueblo debe
opinar y hoy día podemos decir con certeza, que las y los candidatos a
las elecciones municipales son postulados por asambleas abiertas cuadras
por cuadras en las comunidades, donde impera el compromiso, la
constancia, el trabajo continuo y la lealtad a la revolución, además muy
importante, es que las campañas de difusión de estas candidaturas es
igualitaria, sin ningún tipo de ventajismo. El partido comunista cubano
cumple su rol de vanguardia, de guía, sin imponerse como maquinaria por
encima del pueblo. Esto es lo que queremos para Venezuela ¿avanzamos o
retrocedemos?.
¿Cuál es nuestra realidad?
Teórica y jurídicamente, Venezuela es un estado de derecho y justicia
social con una democracia participativa y protagónica, pero es sabido
por todos que sigue actuando el estado burgués con sus secuelas de
burocratismo y corruptela, aunado a la conspiración de la burguesía
internacional, a través de una brutal, perversa y asesina guerra
mediática y económica, y por otro lado, tenemos a un Partido Socialista
Unido de Venezuela construido como maquinaria electoral y supuestamente
para hacer la revolución, con una estructura vertical, impositiva,
clientelar, manipuladora y de utilitarismo colectivo, casi convertido en
satélite de la gobernabilidad y con un conjunto de partidos como UPV,
REDES, PODEMOS, PPT, entre otros, convertidos en centros para el
negociado y aprovechamiento lectoral. La perversidad de la lógica
burguesa sigue siendo nuestra realidad, a través de unas amañadas,
sectarias y excluyentes primarias donde el PSUV selecciona candidatos
que luego impone a la colectividad dejando a los otros partidos las
migajas que el cogollo considera pertinente. Todos ellos amparados por
una ley electoral que abona privilegios para quien cumple con la
condición de partido político, casi el único mecanismo para poder
postular candidatos en el país.
¿Qué hacer?
Para avanzar, es imperativo acabar con la lógica burguesa y construir un
camino electoral auténticamente democrático, participativo y
protagónico que permita profundizar y consolidar la revolución y por
ende, el socialismo, lo cual implica asumir como método la convocatoria
de una elección abierta, sin ventajismo de ninguna naturaleza, donde
participen todos los chaviztas bajo el control del poder popular, de
donde surjan las y los candidatos idóneos para ser voceros y voceras de
la revolución bolivariana ante el parlamento nacional. Con esta
propuesta se desarrollaría la autentica unidad de todo el pueblo que de
manera consciente y sin cortapisas, asumiera la selección activa de las y
los mejores cuadros que llevarían la voz de la revolución a los
diferentes estamentos del estado.
¡ Que el triunfalismo no nuble el futuro de libertad, independencia, democracia y socialismo!.
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