Cuanto más se acerca Barack Husseín Obama a la culminación de su estadía en la Casa Blanca, mayor es la amenaza que representa para la República Bolivariana de Venezuela y para el Presidente Nicolás Maduro, quien corre el riesgo de ser un mártir a manos del genocida imperial, el que no se conforma con derrocarlo, sino que aspira liquidarlo físicamente, tal y como hizo con el Comandante Hugo Chávez, a quien asesinaron los secuaces imperiales con apoyo de la nanotecnología, certeza de este crimen que tenemos y que será demostrado, para que la justicia de nuestros pueblos persiga al asesino de tantos inocentes en el Oriente Medio y del mundo, el único capaz de superar a Adolf Hitler, en sus atrocidades genocidas.
Es muy difícil aceptar estas verdades tan crudas y quedarse de brazos cruzados. Éstas han de servir para que nuestros pueblos del nuevo mundo emancipado, multicéntrico y pluripolar, tomen medidas que protejan a nuestros pueblos y nos garanticen seguir viviendo en paz, aspiración única que estamos dispuestos a defender, aún a costa de nuestras vidas, pero jamás permitir que vuelvan las viejas formas del capitalismo que preservan el poder omnímodo del imperio estadounidense y de sus parasitarias burguesías criollas, empeño en el que el Presidente Nicolás Maduro ha sido un empecinado defensor, a pesar de las amenazas imperiales.
Ahora bien, el endorracista presidente estadounidense se ha valido de una ofensiva mediática de campaña que ablande y permita doblar el brazo de los gobiernos a los que ha acostumbrado a quitarles todas sus riquezas y someterlos a sus designios o, de lo contrario, les cae la fuerza bélica genocida, que implica el magnicidio de los jefes de Estado y de gobierno, tal y como han hecho durante todo el siglo XX y XXI.
Un ejemplo elocuente, es el asesinato de Salvador Allende y el asesinato en masa de todos los chilenos de buena voluntad y revolucionarios, con sus purgas que al día de hoy, han dado sus frutos, con una presidenta servil de los intereses imperiales, que ayudó a conspirar para derrocar al Comandante Hugo Chávez y ahora, contra Nicolás Maduro, apoyada en una fuerza pretoriana creada a imagen y semejanza del genocida Augusto Pinochet.
Barack Husseín Obama ha puesto a todos sus bufones a trabajar para derrocar a Nicolás Maduro y liquidar la revolución bolivariana socialista y chavista. Entre las cuentas de una modesta enumeración caótica, destacan los siguientes hechos: ha financiado a la oposición venezolana, con fundaciones-fachada, la U.S. Embassy en Caracas, para compra y contrabando de armas y financiamiento de mercenarios y paramilitares; ha sobornado funcionarios para hacer labor de sapa, soplones de la CIA y minar las bases de la revolución venezolana y de sus instituciones; ha declarado “amenaza inusual” al gobierno que preside Nicolás Maduro con la Executive Order u Orden Ejecutiva; ha planificado, apoyado y presionado con la “guerra económica” contra el Pueblo venezolano, con desabastecimiento programado, trasiego y contrabando hacia Colombia y el Caribe, devaluando de manera sucia la moneda venezolana, con el Dólar Today, cuyo asiento está en EEUU y Colombia; ha refugiado a todos los corruptos y autores de empresas de maletín y les ha otorgado inmunidad especial de la que ni siquiera un ciudadano estadounidense goza; ha financiado y enviado mercenarios para liquidar físicamente al Comandante Hugo Chávez y al Presidente Nicolás Maduro; prepara una arremetida e incursión bélica contra Venezuela, para apoderarse de un solo tajo, de todas las riquezas energéticas, minerales y materiales de Venezuela, sobre todo, del petróleo que permita entregar el gobierno sin el default oculto en que se encuentra el gobierno estadounidense y; está boicoteando por todas las vías posibles, cualquier posibilidad de diálogo entre el gobierno que preside Nicolás Maduro y las oposiciones de la derecha venezolana, para crispar las tensiones y las condiciones que justifiquen la incursión del Comando Sur y de mercenarios paramilitares en Venezuela.
Por lo antes expuesto de manera sucinta, los países miembros de la ALBA-TCP, Unasur, CELAC, Petrocaribe y los BRICS, están obligados a prepararse en todos los sentidos, para enfrentar la agresión imperial y al asesino premio Nobel de la Paz.
En el caso particular de Venezuela, pase lo que pase, el Pueblo que está todos los días movilizado en las calles, está también dispuesto a luchar y vencer, junto al presidente chavista, Nicolás Maduro. Seguro, la arrogancia imperial y sus bufones seguirán equivocándose.
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