jueves, 11 de agosto de 2016

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Diputados brasileños denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) violaciones al debido proceso en el impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff y pidieron medidas cautelares a su favor, confirmó el ente este miércoles.
"La CIDH confirma que ha recibido una petición y una solicitud de medida cautelar alegando violaciones al debido proceso en el proceso contra Dilma Rousseff", dijo su portavoz María Isabel Rivero.
En Brasilia, diputados del Partido de los Trabajadores, emblema de la izquierda latinoamericana, anunciaron en un comunicado que las medidas presentadas en la Comisión intentan "suspender el golpe contra la presidente electa Dilma Rousseff".
Presentadas ante la CIDH, con sede en Washington, por los diputados Paulo Pimenta, Paulo Teixeira y Wadih Damous, del PT, y el senador Telmario Mota, del Partido Democrático Trabalhista (PDT), las dos medidas viajan a distintas velocidades.
La petición puede pasar años en la CIDH antes de que el órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos se pronuncie sobre el fondo de las denuncias de supuestas violaciones contra la mandataria.
Pero las medidas cautelares pueden resolverse en días, y la Comisión podría decidir a favor de Rousseff si encuentra que existe una amenaza de daño irreparable a sus derechos humanos.
"No hay ningún crimen cometido por la presidente de la República, ella no ha estado ante ningún proceso penal", dijo Pimenta, citado en la nota.
En todo caso, sin dar prioridad especial al caso, la CIDH, con sede en Washington, dará "trámite normal a la petición y a la solicitud de medida cautelar", dijo Rivero.
Los recursos ante la CIDH, constituyen un último esfuerzo de los aliados de Rousseff por salvar su mandato, que pende de un hilo.
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En la madrugada de este miércoles, el Senado brasileño aprobó por amplia mayoría someter a un juicio de destitución a la presidenta, acusada de maquillar las cuentas públicas durante la feroz crisis económica que golpea al país.
El juicio tendría lugar del 25 al 29 de agosto, y terminará con una última votación el último día, nuevamente en el Senado, que podría poner fin definitivamente al segundo mandato de la primera mujer en presidir Brasil.
Suspendida desde el 12 de mayo, y con su partido ametrallado por acusaciones de corrupción, Rousseff ya casi no tiene margen de resurgir, de acuerdo con la lectura de propios y ajenos.

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