martes, 1 de julio de 2014

Medio siglo de periodismo equilibrado

Eleazar Diaz Rangel-4008_WEB
Con una dilatada carrera en el periodismo venezolano, QUE incluye la docencia en la escuela de comunicación social, así como diversos cargos dirigenciales en gremios de la información, eleazar díaz rangel no renuncia a su leitmotiv: ejercicio veraz, ético y ecuánime
“Síganme disparando por Últimas Noticias que eso es bueno”, le dijo Chávez una vez a Eleazar Díaz Rangel durante el programa En Confianza, conducido por Ernesto Villegas en VTV, al mismo tiempo que le mandaba un abrazo y un saludo a todos los trabajadores de Últimas Noticias.
Aunque muchos titulares fueron objeto de arremetidas de Chávez contra Díaz Rangel, él sabía que la última decisión no la tomaba el director del periódico, sino los dueños: los Capriles López. Aunque muchos políticos del gobierno lo tilden de “opositor”, su único trabajo ha sido mediar, como buen comunicador, entre polos opuestos, para buscar un equilibrio informativo en un país donde decir la verdad es ser “una piedrita en el zapato”.
Eleazar Díaz Rangel tiene una salida para todo. Capta todas las preguntas y en cuestión de microsegundos formula una respuesta que no da pie al debate, pues su tono convincente opaca cualquier duda. Qué se le podría preguntar al director del periódico más leído de Venezuela, del profesor titular retirado de la UCV, cuya Escuela de Comunicación Social dirigió —entre 1983 y 1986— y lo formó como periodista, por allá en los años 50. Qué más se puede decir del ganador de múltiples premios de periodismo a lo largo de sus 50 años de carrera, el que fue director de VTV, quien ha aportado numerosos libros sobre el periodismo, aquel que entre 1970 y 1986 tuvo un importante papel en el gremio periodístico venezolano siendo presidente de la Asociación Venezolana de Periodistas, directivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, secretario general del Colegio Nacional de Periodistas, presidente del Círculo de Periodistas Deportivos y presidente fundador de la Federación Latinoamericana de Periodistas.
Qué más se puede decir acerca de Eleazar Díaz Rangel: que no contesta mensajes de texto, que solo atiende llamadas y habla con monosílabos cuando se le hacen preguntas muy puntuales.
Es el reciente ganador del Premio Nacional de Periodismo 2014 por, como el mismo jurado lo dijo, “su aporte al ejercicio del periodismo veraz, ético, equilibrado y combativo”. Tomando en cuenta que actualmente en el país los consumos de información son totalmente opuestos y que, además, como director de un periódico privado tiene que obedecer a políticas editoriales sin dejar de lado su ética periodística o forma de pensar, sin mencionar las fuertes críticas que es propenso a recibir por ambos polos cuando trata de ser “equilibrado”, va la primera pregunta:
—¿CÓMO HA SIDO LA TAREA DE HACER UN PERIODISMO “EQUILIBRADO”?
—Pienso que el periodismo venezolano vive una situación de crisis ética, porque el principio fundamental del periodismo es informar la verdad, y ese propósito a menudo es interrumpido por factores extraños al periodismo: factores empresariales o factores políticos. Dentro de ese campo, con este cuadro de crispación de la sociedad venezolana, un diario que, primero, es de propiedad privada; en segundo lugar, es de una altísima circulación nacional; y, en tercer término, con una composición redaccional donde se puede decir que la mayoría no son partidarios del gobierno, ni de Chávez ni de ahora; entonces es una tarea bien difícil, respondiendo a tu pregunta inicial. Ese equilibrio es difícil de mantener por las diferentes presiones internas y externas. Frente a eso hay que tener una posición, no frágil, pero que pueda atender a esos reclamos y presiones sin abandonar la línea del equilibrio.
—¿CÓMO SE COMPLACEN RECLAMOS Y PRESIONES Y SE MANTIENE EL EQUILIBRIO?
—Mi posición política la expreso con bastante independencia. Yo empecé aquí con una página que tengo los domingos. Esa posición que yo expreso no es la postura del periódico, pero precisamente esa es la posición del periódico, que recoge las opiniones de ambas partes cuando se trata de situaciones polémicas. Nosotros tenemos como norma que no puede haber ningún hecho de trascendencia que ocurra en Venezuela sin que Últimas Noticias no lo registre. Se registra por su veracidad y por su importancia. Algunas veces esos hechos afectan negativamente al gobierno, otras no, pero las encuestas y circulación nos dicen que ese es el camino acertado para hacer un periodismo más vinculado con la realidad.
—HÁGANOS UN RECUENTO BREVE DE LAS DISTINTAS ETAPAS QUE HA VIVIDO DENTRO DEL PERIODISMO VENEZOLANO.
—La primera etapa que viví fue con la dictadura de Pérez Jiménez, donde había un régimen de censura estricto y rígido para los medios de comunicación. Eso significaba que, de cada diario aquí en Caracas, se llevaban un volumen de los textos que iban a ser publicados al día siguiente para que la comisión de censura autorizara o no su publicación y, de acuerdo con la edición del censor correspondiente, esa noticia se publicaba o no.
Luego vino el período de la democracia representativa, donde había factores económicos y gubernamentales que presionaban sobre el medio. En algunos casos esa presión desaparecía porque había una coincidencia de intereses, por eso había periódicos que estaban en armonía con las políticas gubernamentales. Hubo casos, como el de El Nacional, donde grupos empresariales poderosos quisieron que cambiara su política editorial y le quitaron todos los avisos, así que el periódico tuvo que ceder. Durante la dictadura había presiones gubernamentales y durante la democracia, empresariales y gubernamentales. Hubo épocas en las que se prohibió que se hablara de la guerrilla con decretos específicos que impedían que algún medio informara sobre este tema. Ese período fue bastante largo: 40 años. Había momentos en los que había relativa tolerancia por parte del gobierno frente a los medios de oposición, pero fue un período convulso donde, además, se clausuraron muchos periódicos, entre ellos, el más importante fue Clarín, un diario de izquierda, del partido URD, que tuvo una altísima circulación.
Luego hay una tercera etapa, la que inaugura el presidente Chávez. No hay censuras de tipo Pérez Jiménez ni presiones gubernamentales sobre los medios. Ningún medio, en todo este período de 14 años, puede decir que lo llamaron de un ministerio para decirle que tal información no se publique. No niego, porque no se puede negar, que hubo decisiones tomadas que afectaron a RCTV y luego a varias emisoras, pero no fue ninguna arbitrariedad, fue una decisión tomada de acuerdo a las leyes correspondientes. En ese período del presidente Chávez, y ahora de Maduro, que ha sido tan asediado, tan denunciado, como si no hubiese libertad de prensa, aparecen radios comunitarias y nuevas formas de periodismo alternativo.
—DESPUÉS DE HABER VIVIDO TODAS LAS ETAPAS APARENTEMENTE POSIBLES DEL PERIODISMO, ¿PIENSA JUBILARSE EN ALGÚN MOMENTO?
—Ya me toca, pero siento que estoy cumpliendo un papel importante, como muchos otros, en este momento histórico de Venezuela.
POR MARÍA BETANIA CHACÍN / FOTOGRAFÍA AMBROSIO PLAZA

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