No cabe duda que la política le ofrece a los políticos (valga la redundancia) diversos caminos. De acuerdo con su inteligencia, sagacidad experiencia, capacidad, responsabilidad, entre tantas probidades, el líder sabrá escoger el mejor sendero con la finalidad de no incumplir por ignorancia. En lo referente a un plenipotenciario, ante un asunto trascendental, este utilizará la estrategia más adecuada o en el caso contrario, evidenciará su falta de experiencia o un insólito compromiso, con fines oscuros, con otras entidades. En ciertas oportunidades se puede escoger la mejor senda que conduce hacia luz pero en otras, por razones inexplicables, algunos se empeñan en elegir el atajo más farragoso, aquel que lo pondrá en evidencia, aquel que lo traslada a los parajes más sombríos y más ominosos de la política.
La OEA, el ministerio de las colonias de EEUU con sede en Washington D.C., se fundó en el año 1948 en Bogotá con los siguientes objetivos: a) Consolidar la paz y la seguridad en el continente b) Consolidar las democracias representativas, respetando la política de no intervención c) Prevenir posibles causas de dificultades y asegurar el arreglo pacífico de las disputas que pudieran surgir entre los países miembros d) Intentar llegar a un acuerdo entre los casos de agresión e) Buscar la solución de los posibles problemas políticos, jurídicos y económicos que pudieran surgir entre ellos… entre algunos de los propósitos de esta organización internacional panamericana.
Quienes lean con cuidado el párrafo anterior, que no es un invento mío, podrá advertir que el señor AlmOGRO se conduce contrariando los objetivos para la cual fue concebida la OEA. Pareciera que este diplomático inepto tiró a la basura los fundamentos de esta organización internacional y se dedicó a cumplir el mandato de su patrón, es decir el del emperador Obama.
En verdad el comportamiento de AlmOGRO no es nada diferente al de su antecesor José Miguel Insulso, perdón Insulsa. Da la impresión que estos diplomáticos, después de hacer lobby (jalar bola) ante todas las cancillerías suramericanas, se olvidan de sus ofrecimientos, de su papel como representante de un colectivo y se dedican a defender los intereses del imperio es decir, los de la grandes compañías trasnacionales.
No creo que el proceder de Insulso, perdón Insulza, sea diferente al de AlmOGRO. Ninguno de los dos secretarios generales se percataron de las violaciones de los derechos humanos en diversos países como EEUU, Colombia y México. No se pronunciaron ni se pronuncian sobre los golpes de estado o intentos de golpes de estado en diversos países suramericanos como Chile, Honduras, Paraguay y los, más recientes los de Brasil, Ecuador, Venezuela y Bolivia. A pesar de la lobreguez del medio ambiente, la voz cantante de la OEA, AlmOGRO, se hace el loco ante el ecocidio de la Chevron-Texaco en Ecuador. El mutismo de ambos secretarios generales, ante los hechos ignominiosos, más que sorpresivo es sospechoso. Es imposible que el actual Secretario General de la OEA, frente a las agresiones del imperio contra Venezuela, Ecuador, Bolivia y Brasil no se pronuncie. El alto funcionario internacional, a pesar de su cara de ogro se comporta como un reptil, o un perrito faldero capaz de lamerle el zapato a su amo.
En los próximos años veremos al señor AlmOGRO, muy sonreído, cortando la cinta en la inauguración de nuevas bases militares que edifique EEUU en Argentina, en Perú o también lo veremos colgando un chichorro en las plácidas bases militares de USA de Palmerola (Honduras), en las islas antillanas de Aruba (reina Beatriz) y en Curazao. Así mismo, podrá compartir una aguardientico con Uribe en alguna de las bases de EEUU ubicadas en nuestra hermana república colombiana, por ejemplo en Arauca, Larandia, Tres Esquinas, Puerto Leguízano, Florencia y Leticia.
El afanoso AlmOGRO, empañado en aplicar la Carta Democrática a Venezuela, parece que no sabe salir de la maraña en la que los gringos lo metieron. Escogió el peor camino y se olvidó de su verdadera función como Secretario General de la OEA. Juzgo que está utilizando su cargo para desestabilizar gobiernos democráticos, contrariamente a los designios de la creación de la OEA. El ogro que aparenta, con su cara adusta y su verbo hiriente, no pasa de ser una careta para disimular su verdadero talante, la de un corderillo sumiso y la de un lacayo feliz. Simplemente AlmOGRO defiende los intereses de los EEUU, de eso no cabe la menor duda.
El Secretario General de OEA parece representar la dama de la justicia, nada ve y ante lo evidente también se hace el sordo y el mudo. Nada oye y nada opina con relación a la posesión ilegitima de EEUU sobre el territorio de Guantánamo de Cuba; su mutismo es palmario ante la cantidad de bandidos venezolanos que están en Miami como asilados políticos; se reúne con la esposa de un terrorista venezolano para abogar por su libertad, pero silencia la responsabilidad de este presidario por los 43 muertos; calla de manera maliciosa sobre el respaldo de EEUU a terroristas como Posada Carriles y no dice ni pío sobre la infamia que comete el gobierno de USA al involucrar a Venezuela en apoyo a grupos terroristas. Tengo la impresión que el AlmOGRO recibe un salario complementario del Departamento de Estado, es inexplicable su aberrante silencio ante la agresiones constante del reino español al gobierno del presidente MM.
Parece el que el señor AlmOGRO se mueve dentro de una maraña política y ahora no sabe cómo salir de este atolladero. Prefiere pasar la resaca moral, consecuencia de la última y nefasta reunión de la OEA, tomándose unos tragos en Aruba con Kart Tidd el jefe del Comando Sur. De seguro entre copa y copa prepararán la estrategia para el golpe final contra los gobiernos de Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Para esto cuenta con la SIP, con las redes sociales dominadas por el imperio, con el financiamiento de las grandes corporaciones energéticas, con la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, con el FMI, la OMC, con el BM y con todo ese andamiajes mundial empeñados en destruir los gobiernos alejados de los mandatos del imperio.
AlmOGRO se quitó la careta y expuso su verdadera facha, la del diplomático sumiso a los mandatos de quien le paga. Su cara de ogro es de apariencia, su verdadero talente es el de un lamepiso sumiso, capaz de entregar a América Latina a los bastardos intereses de las cicateras corporaciones financieras, energéticas y agroindustriales, de todo esto, probablemente, le quedará una buena tajada.
Por fortuna para los pueblos de América el desempeño de la Secretaría General de la OEA no es de por vida, la permanencia y la actuación de este oscuro canciller será de triste recordación para los uruguayos quienes no merecen un diplomático como AlmOGRO. De seguro nunca veremos su foto ornando una panoplia al lado de Gervasio Artigas, Horacio Quiroga, José Enrique Rodó, Galeano, Benedetti entre tantos prohombres de memorable significación para la nación de los valientes charrúas.
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