Un grupo de periodistas en el día de hoy se movilizaron al Cuartel de la Montaña para rendir homenaje al Comandante Chávez, a un año de su siempre dieron lectura al siguiente manifiesto:
Al comandante Chávez, revolucionario comunicacional
Uno de los más grandes revolucionarios de todos los tiempos, Ernesto Che Guevara, afirmó que una revolución se concreta cuando lo extraordinario se hace cotidiano. Luego de un año de ausencia física del comandante Hugo Chávez debemos agregar que una revolución se consolida cuando esa extraordinaria cotidianidad es capaz de sobreponerse a los peores infortunios y a las más viles asechanzas.
Este fenómeno, sin duda muy positivo, tiene una contrapartida: muchas personas que desconocen el pasado -o que por alguna razón lo han olvidado-, pueden pensar que esas grandes conquistas siempre estuvieron allí, que tenerlas no significa mayor cosa. Y muchas personas que desconocen la realidad del mundo globalizado -o que prefieren ignorarla-, pueden llegar a creer que esos logros nuestros son compartidos por grandes porciones de la humanidad. Esas dos convicciones erróneas llevan a desestimar el real valor de los avances alcanzados.
Como profesionales del periodismo, podemos afirmar que en el campo específico de la comunicación social, de la mano del comandante Hugo Chávez, en Venezuela se llevó a cabo una genuina Revolución pues, siguiendo el precepto del Che, lo extraordinario se hizo cosa de todos los días. Sin embargo, tal como ocurre en el plano general, a veces esos enormes progresos son poco valorados.
Ahora, cuando se ha cumplido un año de la partida física del comandante Chávez, es oportuno reivindicar algunos de los indicadores de esa profunda revolución comunicacional que hemos experimentado:
- Democratización de las comunicaciones. En la mayor parte del mundo es algo completamente inusual que a los oprimidos, a los excluidos, a los pobres se les dé alguna oportunidad de comunicar sus ideas, sus inquietudes, sus denuncias. Así era también en la Venezuela anterior a la Revolución. En el país actual, en cambio, se ha hecho costumbre que se oigan todas las voces.
- Ruptura del monopolio del gran capital en los medios masivos. Mientras en casi todos los países del mundo, en especial los que se promocionan a sí mismos como ejemplos de la libertad de expresión y de prensa, la comunicación social es un monopolio de grandes empresas vinculadas a la banca, la industria, el comercio y sobre todo a las corporaciones de la guerra y el armamentismo, en la Venezuela revolucionaria, gracias a la excepcional visión del comandante Chávez, se ha enfrentado esa tendencia, a través de un impulso nunca antes visto a los medios públicos que, además, en cumplimiento de una de sus últimas instrucciones directas, se han ido constituyendo en un sistema nacional articulado con el Poder Popular.
- La realización de las utopías. Antes de Chávez, la comunicación alternativa y comunitaria era una utopía, un sueño, una hipótesis en los trabajos netamente teóricos de los especialistas. Hoy es una realidad que florece en los barrios, en los pueblos, en los campos, en las fábricas. Antes de Chávez, la posibilidad de establecer redes de comunicación autónomas entre las naciones latinoamericanas y caribeñas y con los demás países del Sur era otra gran quimera, auspiciada únicamente por catedráticos románticos. Hoy es una realidad en ciernes a través de iniciativas como Telesur y la Radio del Sur y con la operación soberana del satélite Simón Bolívar.
- El pueblo lector crítico. La incansable labor didáctica que desplegó el presidente Chávez como gran comunicador y lector marcó hondamente al pueblo venezolano. Con las herramientas obtenidas a través de la enseñanza formal (potenciada por las misiones y la intensiva inversión en el área educativa en general), así como con el ejemplo constante del comandante, las venezolanas y los venezolanos ya no son presas fáciles de las matrices de opinión y las campañas manipuladoras diseñadas por los grandes medios nacionales e internacionales. La gente ha aprendido a analizar los medios y a obtener sus propias conclusiones y esa capacidad ha sido determinante para enfrentar los ruines ataques mediáticos que se han lanzado contra la Revolución Bolivariana desde su triunfo electoral, en 1998, hasta el momento actual.
Desde nuestra óptica de comunicadores sociales, con el conocimiento del pasado aun reciente y con plena certeza de la injusta realidad mediática predominante en el planeta, estamos convencidos de que todos esos cambios que han venido ocurriendo en la realidad comunicacional de Venezuela tienen un profundo significado que es necesario reivindicar y defender. Esos cambios son lo extraordinario que se ha hecho cotidiano; son la Revolución concretándose y consolidándose. Y, como parte del legado del comandante, son también un poco de la Patria que hoy tenemos.
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