sábado, 25 de mayo de 2013

Argimiro Enrique de La Santísima Trinidad Gabaldón Márquez nació en la hacienda Santocristo, ubicada entre las poblaciones de Biscucuy y Guanare del estado Portuguesa, el 15 de julio de 1919. Pintor, poeta, escritor, educador y militante revolucionario. Fue un hombre comprometido con los más nobles sentimientos e intereses del pueblo venezolano. Su nombre distingue instituciones educativas, culturales y políticas. En los años 60 fue militante del Partido Comunista, época en la que estalló la lucha armada revolucionaria contra los gobiernos puntofijistas. Se unió a los destacamentos guerrilleros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) en las montañas de Lara y Portuguesa. Era hijo del general José Rafael Gabaldón, quien combatió contra la dictadura del general Juan Vicente Gómez y fue gobernador en dos oportunidades del estado Lara y embajador de Venezuela en Brasil y Cuba, y de María Teresa Márquez Carrasqueño. Fue el octavo de 10 hijos: Joaquín, Carmen Amelia, Natty, María Auxiliadora, Roberto, José Rafael, Esther, Argimiro, Edgar y Alirio Ugarte Pelayo, quien era hijo del General con Romelia Tamayo Anzola. Argimiro se formó en el campo, en la hacienda de su padre, y se vinculó estrechamente a los campesinos y peones del lugar. “Somos la vida y la alegría, en tremenda lucha, contra la tristeza y la muerte”: esa frase, emblemática de su postura vital, resume el legado de Argimiro Gabaldón. “No soy un guerrero, nunca lo había pensado ser, amo la vida tranquila, pero si mi pueblo y mi patria necesitan guerreros, yo seré uno de ellos. Y este pueblo nuestro los ha parido por millones cuando los ha necesitado”, decía. Argimiro Gabaldón tenía apenas 45 años cuando por un infortunado accidente lo alcanzó la bala que le quebró la vida. A la hora de la lucha contra el perezjimenismo, fue el primero en plantear que no se trataba sólo de cambiar al dictador por otro gobernante, sino que había que ir a la raíz de ese acontecer para que los cambios fuesen trascendentes y no formales. Fue entonces cuando comenzó a discutir la tesis de la necesidad de la lucha armada, como respuesta a un Gobierno represivo y criminal. Desde fines del 61 hasta el 13 de diciembre de 1964, “Chimiro” estuvo al frente de esa lucha en las montañas de Lara. “La lucha guerrillera fue para él una forma de la lucha de masas: sin la gente, sin el pueblo, decía, carecía de sentido. Su raigambre venía de sus vínculos con la tierra, con la gente, con el café que se tomaban y las carencias que sentían. No era un acto improvisado, sino una concepción de lucha, de vida y de futuro”. Argimiro Gabaldón murió trágicamente el 13 de diciembre de 1964, en las montañas de Humocaro, estado Lara, pero su legado, su compromiso y su poesía siguen presentes en importantes sectores del pueblo que aún buscan redención. Durante el programa Aló Presidente número 262, transmitido en 2006 desde el Centro Integral del Café Argimiro Gabaldón, ubicado en Boconó, estado Trujillo, el Jefe de Estado, Hugo Chávez Frías, aseguró que Argimiro Gabaldón fue un luchador y un revolucionario que sigue vivo en las montañas de Boconó. En esa oportunidad, el Mandatario nacional conversó con los familiares de Argimiro, quienes se encontraban en el set del programa. Chávez intercambió con todos ellos una serie de anécdotas vividas por el padre de Argimiro, el general José Rafael Gabaldón, quien fuera compañero y amigo de Pedro Pérez Delgado. De sensible pluma, Argimiro Gabaldon escribió un poema que ha sido leído en varias oportunidades por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sobre el dolor como lucha en el combate. No permitas que tu dolor se esconda “No permitas que tu dolor se esconda oblígalo a salir desnudo a que combata que empuñe el fusil y la granada que anime la marcha que estalle en un grito en el asalto que ría y que cante en la emboscada Tu pena y mi pena y la de todos es una sola pena militante armada es el fuego que arde en la alborada la revolución que avanza desbordada hacia el milagro de las cadenas rotas Y el gran sufrimiento se tornara alegría emergerá del fuego un mundo diferente será el llanto detenido y dejará la sangre de correr asesinada se esparcirá la risa y los niños puros como pájaros en vuelo llenarán los parques con sus gritos y nosotros estaremos allí, ¡seguro que estaremos! como una llama ardiendo eternamente Somos la vida y la alegría en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte. Venceremos camaradas, Unidos venceremos.” Argimiro Gabaldón


Argimiro-Gabaldon-1
Argimiro Enrique de La Santísima Trinidad Gabaldón Márquez nació en la hacienda Santocristo, ubicada entre las poblaciones de Biscucuy y Guanare del estado Portuguesa, el 15 de julio de 1919.
Pintor, poeta, escritor, educador y militante revolucionario. Fue un hombre comprometido con los más nobles sentimientos e intereses del pueblo venezolano. Su nombre distingue instituciones educativas, culturales y políticas.
En los años 60 fue militante del Partido Comunista, época en la que estalló la lucha armada revolucionaria contra los gobiernos puntofijistas. Se unió a los destacamentos guerrilleros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) en las montañas de Lara y Portuguesa.
Era hijo del general José Rafael Gabaldón, quien combatió contra la dictadura del general Juan Vicente Gómez y fue gobernador en dos oportunidades del estado Lara y embajador de Venezuela en Brasil y Cuba, y de María Teresa Márquez Carrasqueño. Fue el octavo de 10 hijos: Joaquín, Carmen Amelia, Natty, María Auxiliadora, Roberto, José Rafael, Esther, Argimiro, Edgar y Alirio Ugarte Pelayo, quien era hijo del General con Romelia Tamayo Anzola.
Argimiro se formó en el campo, en la hacienda de su padre, y se vinculó estrechamente a los campesinos y peones del lugar.
“Somos la vida y la alegría, en tremenda lucha, contra la tristeza y la muerte”: esa frase, emblemática de su postura vital, resume el legado de Argimiro Gabaldón.
“No soy un guerrero, nunca lo había pensado ser, amo la vida tranquila, pero si mi pueblo y mi patria necesitan guerreros, yo seré uno de ellos. Y este pueblo nuestro los ha parido por millones cuando los ha necesitado”, decía.
Argimiro Gabaldón tenía apenas 45 años cuando por un infortunado accidente lo alcanzó la bala que le quebró la vida.
A la hora de la lucha contra el perezjimenismo, fue el primero en plantear que no se trataba sólo de cambiar al dictador por otro gobernante, sino que había que ir a la raíz de ese acontecer para que los cambios fuesen trascendentes y no formales. Fue entonces cuando comenzó a discutir la tesis de la necesidad de la lucha armada, como respuesta a un Gobierno represivo y criminal.
Desde fines del 61 hasta el 13 de diciembre de 1964, “Chimiro” estuvo al frente de esa lucha en las montañas de Lara.
“La lucha guerrillera fue para él una forma de la lucha de masas: sin la gente, sin el pueblo, decía, carecía de sentido. Su raigambre venía de sus vínculos con la tierra, con la gente, con el café que se tomaban y las carencias que sentían. No era un acto improvisado, sino una concepción de lucha, de vida y de futuro”.
Argimiro Gabaldón murió trágicamente el 13 de diciembre de 1964, en las montañas de Humocaro, estado Lara, pero su legado, su compromiso y su poesía siguen presentes en importantes sectores del pueblo que aún buscan redención.
Durante el programa Aló Presidente número 262, transmitido en 2006 desde el Centro Integral del Café Argimiro Gabaldón, ubicado en Boconó, estado Trujillo, el Jefe de Estado, Hugo Chávez Frías, aseguró que Argimiro Gabaldón fue un luchador
y un revolucionario que sigue vivo en las montañas de Boconó.
En esa oportunidad, el Mandatario nacional conversó con los familiares de Argimiro, quienes se encontraban en el set del programa.
Chávez intercambió con todos ellos una serie de anécdotas vividas por el padre de Argimiro, el general José Rafael Gabaldón, quien fuera compañero y amigo de Pedro Pérez Delgado.
De sensible pluma, Argimiro Gabaldon escribió un poema que ha sido leído en varias oportunidades por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sobre el dolor como lucha en el combate.
No permitas que tu dolor se esconda
“No permitas que tu dolor se esconda
oblígalo a salir desnudo a que combata
que empuñe el fusil y la granada
que anime la marcha
que estalle en un grito en el asalto
que ría y que cante en la emboscada
Tu pena y mi pena y la de todos
es una sola pena militante
armada es el fuego que arde en la alborada
la revolución que avanza desbordada
hacia el milagro de las cadenas rotas
Y el gran sufrimiento se tornara alegría
emergerá del fuego un mundo diferente
será el llanto detenido
y dejará la sangre de correr asesinada
se esparcirá la risa
y los niños puros como pájaros
en vuelo llenarán los parques con sus gritos
y nosotros estaremos allí, ¡seguro que estaremos!
como una llama ardiendo eternamente
Somos la vida y la alegría
en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte.
Venceremos camaradas,
Unidos venceremos.”
Argimiro Gabaldón

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