Un
equipo científico de mocrobiología clínica y biomedicina de la
Universidad de León, en colaboración con el Centro Nacional de
Microbiología del Instituto de Salud Carlos III y de la Escuela
Universitaria de Fisioterapia de la ONCE, han publicado, por primera
vez, cuatro casos de bacteriemia (presencia de bacterias en la sangre)
por Janibacter terrae en humanos.
El trabajo, publicado en la revista Infection, demuestra que Janibacter terrae no solo está presente en el medio ambiente, ya que hasta ahora había sido exclusivamente aislada del suelo.
Como explica la primera autora del artículo, la doctora Isabel Fernández Natal, una de las autoras e investigadora de la Universidad de León, “hasta el momento, únicamente se habían reportado dos casos de aislamiento de microorganismos pertenecientes al género Janibacter a partir de muestras humanas. El primer caso fue una bacteriemia por una especie no descrita de Janibacter sp. en un paciente diagnosticado de leucemia mieloide, y el segundo fue una bacteriemia por J. melonis en un paciente con febrícula y sin enfermedad de base”.
En el presente trabajo los investigadores han aportado datos microbiológicos y clínicos exhaustivos de cuatro pacientes febriles estudiados a lo largo de un periodo de tres años, en los que se aisló J. terrae a partir de cultivos de sangre (bacteriemias). Los pacientes presentaban patologías de base como enfermedad obstructiva crónica con bronquitis aguda, diabetes, linfoma no Hodgkin y cáncer gástrico con metástasis hepática. Por otra parte, “es la primera vez que se aportan datos de sensibilidad antibiótica en este género”.
Los aislados se obtuvieron a partir de dos muestras consecutivas de sangre de cada paciente. Se emplearon métodos de identificación fenotípicos (comerciales y pruebas complementarias convencionales) y genotípicos (amplificación y secuenciación de fragmentos de ADN). Todos los pacientes fueron tratados con antibióticos, de los cuales dos de ellos evolucionaron favorablemente hacia la curación y otros dos fallecieron, quienes padecían una grave patología de base.
Los autores han aportado datos microbiológicos y clínicos de cuatro pacientes febriles estudiados a lo largo de un periodo de tres años
Patógeno oportunista
“Se trata de la primera publicación de cuatro casos de bacteriemia por Janibacter terrae en humanos, demostrando que no solo está presente en el medio ambiente. Además, J. terrae puede ser considerado como un patógeno oportunista responsable de bacteriemia en pacientes con grave patología de base”, indica Fernández Natal.
Las especies del género Janibacter son microorganismos aeróbicos, es decir, necesitan oxígeno para vivir. Las colonias son húmedas, circulares, convexas y de color que puede ir desde blanco a amarillo. Su crecimiento óptimo se encuentra entre los 23 y los 35 grados centígrados.
El género fue descrito en 1997 a partir de aguas residuales y, durante su cultivo, presenta una morfología característica de dos caras, como el dios Jano de la mitología romana (de aquí su denominación). No obstante, esta morfología no es exclusiva de este género ya que también se puede observar en miembros de los géneros Arthrobacter y Brevibacterium.
En la actualidad están descritas nueve especies: J. limosus, J. terrae, J. indicus, J. melonis, J. anophelis, J. hoylei, J. corallicola, J. alkaliphilus y J. cremeus. J. limosus y J. terrae han sido aislados de suelos contaminados con aguas residuales y J. indicus de sedimentos hidrotermales del océano Índico. J. corallicola, J. alkaliphilicus de coral, J. melonis, J. anophelis y J. hoylei han sido aislados de plantas, insectos y aire, respectivamente.
Este trabajo ha sido financiado por la Gerencia Regional de Salud de la Junta de Castilla y León a través del Proyecto de investigación GRS 698/A/2011.
Agencia Sinc
El trabajo, publicado en la revista Infection, demuestra que Janibacter terrae no solo está presente en el medio ambiente, ya que hasta ahora había sido exclusivamente aislada del suelo.
Como explica la primera autora del artículo, la doctora Isabel Fernández Natal, una de las autoras e investigadora de la Universidad de León, “hasta el momento, únicamente se habían reportado dos casos de aislamiento de microorganismos pertenecientes al género Janibacter a partir de muestras humanas. El primer caso fue una bacteriemia por una especie no descrita de Janibacter sp. en un paciente diagnosticado de leucemia mieloide, y el segundo fue una bacteriemia por J. melonis en un paciente con febrícula y sin enfermedad de base”.
En el presente trabajo los investigadores han aportado datos microbiológicos y clínicos exhaustivos de cuatro pacientes febriles estudiados a lo largo de un periodo de tres años, en los que se aisló J. terrae a partir de cultivos de sangre (bacteriemias). Los pacientes presentaban patologías de base como enfermedad obstructiva crónica con bronquitis aguda, diabetes, linfoma no Hodgkin y cáncer gástrico con metástasis hepática. Por otra parte, “es la primera vez que se aportan datos de sensibilidad antibiótica en este género”.
Los aislados se obtuvieron a partir de dos muestras consecutivas de sangre de cada paciente. Se emplearon métodos de identificación fenotípicos (comerciales y pruebas complementarias convencionales) y genotípicos (amplificación y secuenciación de fragmentos de ADN). Todos los pacientes fueron tratados con antibióticos, de los cuales dos de ellos evolucionaron favorablemente hacia la curación y otros dos fallecieron, quienes padecían una grave patología de base.
Los autores han aportado datos microbiológicos y clínicos de cuatro pacientes febriles estudiados a lo largo de un periodo de tres años
Patógeno oportunista
“Se trata de la primera publicación de cuatro casos de bacteriemia por Janibacter terrae en humanos, demostrando que no solo está presente en el medio ambiente. Además, J. terrae puede ser considerado como un patógeno oportunista responsable de bacteriemia en pacientes con grave patología de base”, indica Fernández Natal.
Las especies del género Janibacter son microorganismos aeróbicos, es decir, necesitan oxígeno para vivir. Las colonias son húmedas, circulares, convexas y de color que puede ir desde blanco a amarillo. Su crecimiento óptimo se encuentra entre los 23 y los 35 grados centígrados.
El género fue descrito en 1997 a partir de aguas residuales y, durante su cultivo, presenta una morfología característica de dos caras, como el dios Jano de la mitología romana (de aquí su denominación). No obstante, esta morfología no es exclusiva de este género ya que también se puede observar en miembros de los géneros Arthrobacter y Brevibacterium.
En la actualidad están descritas nueve especies: J. limosus, J. terrae, J. indicus, J. melonis, J. anophelis, J. hoylei, J. corallicola, J. alkaliphilus y J. cremeus. J. limosus y J. terrae han sido aislados de suelos contaminados con aguas residuales y J. indicus de sedimentos hidrotermales del océano Índico. J. corallicola, J. alkaliphilicus de coral, J. melonis, J. anophelis y J. hoylei han sido aislados de plantas, insectos y aire, respectivamente.
Este trabajo ha sido financiado por la Gerencia Regional de Salud de la Junta de Castilla y León a través del Proyecto de investigación GRS 698/A/2011.
Agencia Sinc
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